Una empresa con sede en Esslingen, Alemania, Festo, construye robots biónicos que emulan la manera en cómo los animales y los seres humanos hacen muchas acciones.

Festo ha construido un robot biónico que pesa apenas 42 gramos, el «Bionic Swift», que es una verdadera maravilla de la ingeniería. Es un robot volador, un pequeño pájaro biónico que vuela imitando casi a la perfección lo que los pájaros reales hacen naturalmente.

El pájaro biónico de Festo usa plumas artificiales, colocadas como se ven en los pájaros de la vida real y las plumas pivotean de manera que a cada aletazo del pájaro, pasa aire a través de las mismas, lo que hace que le dé sustentación al pájaro biónico de manera como se ve con estos animales voladores en el mundo real.

Las maniobras que hacen estos pequeños robots voladores muestran que están capacitados para crear movimientos complejos en el aire, como lo hacen los pájaros reales.

Todo esto se logra con un pequeño motor y dos servos. La navegación se mide a través de un GPS en un foro cerrado, es decir, no al aire libre, y los pájaros son controlados por una computadora central que conoce las posiciones de cada pájaro biónico y hace las correcciones del vuelo en tiempo real.

Pero ¿para qué construir estos pájaros biónicos?

Quizás hay múltiples respuestas a esta pregunta. Una es simplemente por el reto que representa. Festo dice, sin embargo, que:

«La red inteligente de objetos volando y las rutinas del GPS hechas para una navegación en 3 dimensiones podrían ser usadas en fábricas que tengan redes, que podría usarse en el futuro.

La localización precisa del flujo de materiales y bienes podría, por ejemplo, mejorar las secuencias en los procesos y ver desde antes los posibles cuellos de botella. Un robot autónomo volando podría ser usado para transportar materiales y así optimizar el uso del espacio en las fábricas».

Pero en realidad, toda esta justificación de Festo parece una excusa. Da la impresión que lo que querían era armar estos pájaros biónicos y mostrar que Leonardo da Vinci habría tenido una muy buena idea cuando se planteó la posibilidad de que el hombre pudiese volar como los pájaros.

Los cuadernos de Leonardo da Vinci, ahora en línea