Una niña de 14 años logró ganar un concurso al descubrir una molécula contra el coronavirus.

Desde que inició la pandemia global de COVID-19, científicos de todo el mundo han empleado esfuerzos en la búsqueda e investigación de este nuevo virus que ha puesto en alerta a la sociedad.

Diversos laboratorios han estado trabajando para encontrar vacunas y tratamientos; incluso Bill Gates se encuentra financiando siete probables curas para ponerle fin a la pandemia.

Gracias a este tipo de investigaciones científicas, ha sido posible comprender más la evolución del coronavirus.

Sin embargo, no sólo los expertos egresados han estado trabajando en ello, sino que muchos otros estudiantes han puesto las manos sobre la marcha y un claro ejemplo es el de Anika Chebrolu, una niña de 14 años, que ganó un concurso por haber descubierto una molécula contra la enfermedad.

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La niña que dio la vuelta al mundo

Chebrolu, de origen estadounidense, ganó un premio de 25 mil dólares por un hallazgo que podría conducir a una cura contra esta enfermedad. Se ha proclamado ganadora del Desafío Joven Científico 2020.

La niña de 14 años recibió este premio por haber utilizado la metodología in-silico -simulación por ordenador- para descubrir una molécula líder que puede unirse selectivamente a la proteína de pico del virus SARS-CoV-2.

Sin embargo, cuando esta estudiante comenzó el desarrollo de este proyecto, no estaba enfocado a encontrar una cura contra el coronavirus, sino que el objetivo era identificar un compuesto líder que pudiera unirse a una proteína del virus de la influenza.

«Después de pasar tanto tiempo investigando sobre pandemias, virus y descubrimiento de fármacos, era una locura pensar que en realidad estaba viviendo algo como esto», explicó Anika, quien comenzó su investigación mucho antes de que llegara el coronavirus a nuestras vidas.

De hecho, la estudiante comenzó a inspirarse a raíz de la pandemia de 1918, cuando la influenza devastó poblaciones de todo el mundo.

Anika cuenta que, en un inicio, su investigación pretendía buscar cuántas personas morían cada año en Estados Unidos a pesar de la vacunación anual y los medicamentos en la industria farmacéutica.

«Debido a la inmensa gravedad de la pandemia de COVID-19 y el impacto drástico que tuvo en el mundo en tan poco tiempo, con la ayuda de mi mentor, cambié de dirección», añade.

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Tras haber realizado diversas investigaciones, Anika intentó analizar cómo era que se degradaría una molécula en el cuerpo humano y si era tóxica para las células.

Tuvo que buscar su candidato a fármaco entre 698 millones de compuestos. Con ayuda de su mentora, la doctora Mahfuza Ali, rastreó estos datos hasta dar con un potencial candidato a medicamento contra el SARS-CoV-2

Aparentemente, su estructura y capacidad de unión permitirían bloquear el virus a través de la proteína espiga, todo eso sin causar daños a la persona infectada. No obstante, será necesario que a partir de ahora sea analizado más en profundidad por virólogos y otros expertos en la materia.

Anika está orgullosa de este hallazgo, pero su trabajo no ha terminado ahí. No olvidemos su nombre porque pronto podría ser mucho más que una alumna que ganó un concurso científico.

Sin duda alguna, esta chica, cuyo sueño es convertirse en profesora o investigadora médica, merecía ese premio por el aporte que ha tenido en la humanidad.