La sonda de la NASA, llamada MESSENGER (MErcury Surface, Space ENvironment, GEochemistry, and Ranging), sigue funcionando y además, mejor de lo que se esperaba. Su misión, sin embargo, terminará pronto. Se está quedando sin combustible y ya hay fecha para hacerla estrellar contra la superficie del pequeño planeta en marzo próximo. No obstante esto, el control de la misión ha tenido una idea, un nuevo plan, que podría usar el helio usado para presurizar la sonda y darle otro mes de vida.

De acuerdo al equipo del MESSENGER, el combustible es el último problema del cual hay que preocuparse porque hay muchas otras cosas que pueden salir mal antes que esto. Se ha dicho que el combustible es el consumible más importante en la sonda porque no solamente permite al orbitador mantenerse en la altitud correcta, además de mantener su antena apuntando hacia la Tierra. Aparte de ello, permite que se use el motor principal para luchar contra la atmósfera de Mercurio, que hace que la nave caiga en su órbita. Se supone que cuando se le acabe el combustible, la nave empezará a oscilar y caerá en una trayectoria en espiral y se quemará en la atmósfera o bien, chocará contra la superficie a velocidades hipersónicas.

Así pues, cuando la nave se quede sin combustible, esto es lo que debería pasar, pero la NASA ha razonado que el combustible líquido del MESSENGER podría darle aún energía cuando el combustible normal se termine. El motor del MESSENGER está presurizado con helio desde un tanque aparte, que empuja el combustible en la cámara de combustión del motor. Como el helio necesita trabajar contra la fuerza de la combustión del motor del cohete, el cual está a una presión considerable, quedará este gas inclusive cuando el combustible haya sido quemado todo.

La idea es entonces usar el helio como un propulsor frío. En otras palabras, el helio servirá para mover la nave con la simple presión del gas, como lo haría un globo cuando a éste se le abre un pequeño agujero. Desafortunadamente, esta es la primera vez que el presurizante se utilizaría como combustible improvisado y el MESSENGER es mucho más complicado que un simple globo. De acuerdo al ingeniero Dan O´Shaughnessy, la presión en el tanque del helio no es comparable a quemar combustible en el motor. El gas pasa por un número de válvulas que deben ser tomadas en cuenta y para colmo, el helio es el segundo gas más ligero que existe. Así pues, no parece que pueda darle mucha más vida a la nave, aunque es una oportunidad más que no se había contemplado antes.

Si pueden solucionarse todos los problemas planteados, la NASA estima que el MESSENGER podría tener un mes más de vida activa antes de que impacte en la superficie de Mercurio. Actualmente la nave está en una órbita de unos 25 kms, pero se pretende hacer una corrección (con el helio), que podría elevarlo a los 80 kms. Esto permitiría nuevas observaciones, incluyendo la toma de nuevas imágenes de alta resolución. Durante este período adicional de operaciones, hasta de cuatro semanas, el MESSENGER mediría las variaciones en el campo interno magnético de Mercurio con una precisión jamás antes lograda.

Cosntruido y operado por la Universidad John Hopkins para la NASA, la nave MESSENGER fue lanzada el 3 de agosto del 2004 y su primera misión fue colocarse en órbita en Mercurio. Esto se logró hasta el 18 de marzo del 2011 porque quedar en órbita requiere de muchísimos trucos yendo hasta Venus, la Tierra y regresando a Mercurio antes de poder lograr la trayectoria adecuada.

Referencias:

Johns Hopkins University