Aunque la llegada a Marte del Perseverance, el rover de la NASA, fue manejado casi como una película de estreno, con videos en HD y todo el aparato de marketing y promoción de la agencia espacial estadounidense, esa no fue la única misión que llegó a Marte en febrero.

Primero, llegó la sonda Hope, una misión de los Emiratos Árabes Unidos, que se colocó en órbita marciana el 9 de febrero. La sonda Al-Amal (que se traduce del árabe como esperanza) consiguió algo histórico al ser la primera misión de una nación árabe en el Planeta Rojo; esta misión tiene un perfil climático, con lo que la sonda será el primer satélite meteorológico de Marte.

Después llegó a colocarse en la órbita de Marte la misión china Tianwen-1, antes, incluso, de la llegada del Perseverance, pero debido a la importancia de esta última y a la gran promoción que se le dio, pasó casi desapercibida —al menos en el mundo occidental, ya que en Weibo (una red social china que se usa allá en lugar de Twitter y Facebook) hubo 29,000 publicaciones y un alcance de 150 millones de lectores, según algunos especialistas.

Pero más allá de que se conozca o no la misión a nivel mundial, Tianwen-1 es una misión muy importante en lo que a exploración espacial se refiere.

La sonda, que entró en órbita marciana apenas un día después que Hope y una semana antes de que llegara Perseverance, ha hecho un par de ajustes en la órbita del planeta vecino y esta semana se colocó en órbita estacionaria, según informó Xinhua, la agencia de noticias estatal de China.

Febrero es un mes marciano

La misión es orbitar unos tres meses alrededor de Marte, pero el objetivo de Tianwen-1 es mucho más ambicioso y tienen planeado soltar una nave para aterrizar en el Planeta Rojo en mayo, según Xinhua. De lograrlo, China sería la tercera nación en lograr aterrizar en Marte. 

Toda la misión exige mucha precisión en la navegación espacial, además de un muy difícil descenso a la superficie del Planeta Rojo. Hacer todo esto en su primera misión es algo que ningún otro país ha logrado hacer en un solo intento. Es tan difícil aterrizar en Marte que apenas el 50% de las misiones enviadas al planeta logran su cometido. 

Por lo pronto, en su órbita estacionaria, la sonda dará una vuelta al planeta en aproximadamente dos días —los días en Marte son unos 40 minutos más largos que en la Tierra— y permanecerá así hasta mayo, cuando lance una nave para aterrizar junto con el rover.

Asimismo, la misión china tiene cinco objetivos científicos fundamentales, según publicó la revista especializada Nature en su edición impresa en julio del año pasado, cuando partió la misión a Marte:

  • Generar un mapa geológico de Marte.
  • Explorar las características del suelo marciano y potencialmente localizar depósitos de agua congelada.
  • Analizar la composición de la superficie del planeta.
  • Investigar la atmósfera marciana y el clima en la superficie.
  • Entender los campos electromagnéticos y gravitacionales del planeta.

La misión Tianwen-1, como se puede apreciar, es bastante ambiciosa en todos sentidos (quizá más que la misión de la NASA de la cual hemos visto todo). Por lo pronto, habrá que esperar a mayo, cuando la misión china se enfrente a su mayor reto, que es descender y aterrizar en suelo marciano.