Godzilla es fascinante desde la perspectiva que se le vea. Como metáfora de los horrores nucleares, como vía de escapismo o como espectáculo, siempre será grato observar cualquier producto relacionado con el Rey de los Monstruos.

En ese entendido, Godzilla también intriga desde el punto de vista de la realidad. ¿Existirá un ser colosal que viva sumergido en el mar y que solo aguarda el momento para emerger, destruir ciudades enteras y recordarnos a los humanos cuán insignificantes somos para la Tierra y el cosmos?

De acuerdo con la ciencia, hay varios problemas que hacen imposible su existencia y todos son inherentes a su estatura y peso.

Partamos de que el Godzilla de Warner Bros. y Legendary Pictures mide 109 metros de altura y pesa 90 mil toneladas. La gravedad se vuelve el principal problema.

Al respecto, el astrofísico Neil deGrasse Tyson dice “No puedes tener un reptil que mida más que el Empire State, porque simplemente no se podría sostener. Mientras más grande eres, tu volumen crece… el peso aumenta de acuerdo con tu volumen. Pero la fuerza de tus extremidades incrementará solo en atención a esta área de intersección, así que se vuelve un asunto de área contra volumen. Godzilla se colapsaría al instante en una alberca de vísceras”.

Por otro lado, Jake Roper de Vsauce dimensiona lo que pasaría con Godzilla, utilizando el caso de Robert Wadlow, el hombre más alto del que se tiene registro en la historia de la humanidad.

Wadlow medía 2,72 m y pesaba 222 kg. Tenía que utilizar aparatos ortopédicos y bastón para caminar, pues sus piernas apenas podían soportarlo. La pobre circulación de la sangre fue la causa de su muerte, teniendo solo 22 años.

La presión sanguínea se vincula con la fuerza de gravedad. “Mientras más grande y alto seas, más poderoso tiene que ser tu corazón para vencer a la gravedad y bombear sangre a todo tu cuerpo, a un ritmo constante”, dice Roper.

Godzilla podría vivir sumergido en el océano, de la misma forma en que lo hacen las ballenas, pues el agua les ayuda a soportar su peso. Pero al momento de pisar tierra, sus huesos colapsarían al instante.

En otras palabras, podemos vivir con la certeza de que nuestra destrucción no llegará cortesía de un reptil de 109 metros de altura y 90 mil toneladas de peso. Sigamos tranquilos.