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Estudio confirma la dificultad de la física

Tony Cubitt, investigador de la Universidad Complutense de Madrid y miembro del consorcio científico QUITEMAD (un programa de investigación y desarrollo fundado por el Gobierno...

Tony Cubitt, investigador de la Universidad Complutense de Madrid y miembro del consorcio científico QUITEMAD (un programa de investigación y desarrollo fundado por el Gobierno de Madrid), junto con otros colegas, han realizado una investigación científica sobre la dificultad —desde el punto de vista de la teoría de la complejidad— que tienen algunos temas de la física.

El trabajo ha sido publicado en el Physical Review Letters y en la revista Science. Cubitt y sus colegas, Jens Eisert y Michael Wolf, de las universidades de Berlín y Munich, respectivamente, muestran en su artículo la dificultad de obtener las ecuaciones que gobiernan la evolución temporal de los sistemas físicos, a partir de observaciones de los sistemas en momentos diferentes, mostrando así la certeza matemática de la dificultad de la física.

Como se nos enseñó desde pequeños, la física trata de proveer ecuaciones matemáticas que expliquen la evolución de un sistema a lo largo del tiempo, empezando con las observaciones de los sistemas. Con los avances actuales en supercómputo, uno podría esperar que este proceso pudiese ser automatizado, reemplazando la creatividad de los científicos por el poder de cálculo de las computadoras. Afortunadamente para los físicos, de acuerdo con los hallazgos de Cubitt, esto no es posible matemáticamente.

Lo interesante es: ¿Cómo probar que un problema es difícil? La teoría matemática de la complejidad computacional permite que los problemas puedan ser clasificados según su dificultad. Hay, por ejemplo, problemas sencillos de resolver, como el de sumar o multiplicar números, los cuales pueden ser automatizados, permitiendo así a la computadora dar una solución precisa, pero hay otros, como los problemas de optimización que son mucho más difíciles.

Si hubiese una manera de automatizar estas soluciones entonces sería posible hacer lo mismo con la solución de todos estos problemas (se cree que esto es imposible y se conoce como la conjetura P es diferente de NP). Es precisamente esta clase de problemas tan difíciles los que plantean la problemática enorme de obtener las ecuaciones que gobiernan los sistemas físicos.

Por lo tanto, el trabajo de Cubitt y colegas nos permite dormir tranquilos. Como físicos no tendremos ya temor de perder nuestros trabajos pues una enorme cantidad de problemas no son automatizables y para los no–físicos, que la física sea muy difícil es algo que ya habían sospechado desde hace mucho. Ahora, además, hay certeza matemática.

Fuente: Science Daily

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