Un joven arquitecto llamado Carlos González Uribe ha declarado que la impresión en 3D no es el futuro, al menos para el mundo de la arquitectura. En una entrevista con MIT Technology Review, también mencionó que los diseños de los edificios deben cambiar para interactuar con el ambiente y aprovechar lo que ofrece la naturaleza en las ciudades.

González Uribe nació en el Distrito Federal, pero hace un tiempo consiguió entrar en el Media Lab de MIT con la ayuda económica de Bentley Systems Incorporated, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (CONACYT) y del Club de MIT en México. Según explica, la experiencia ha sido muy enriquecedora ya que el espíritu del Media Lab es “juntar artistas, diseñadores, ingenieros y científicos en un mismo edificio, en un ambiente muy abierto, bastante flexible y con disposición a la colaboración mutua.”

La investigación actual de González Uribe involucra nuevos materiales y formas de aplicarlos, ya que él quiere crear una arquitectura que no se ha visto todavía. Hace un tiempo estuvo muy interesado en las impresiones 3D y de hecho antes de entrar a Media Lab hizo un estudio junto con 3D Systems para conocer hasta dónde se podía llegar con la impresión en 3D.

En la entrevista con MIT Technology Review, explicó que esta tecnología no es el futuro porque la impresión es muy cara, la escala muy pequeña y el tiempo que toma imprimir demasiado. Claro que González Uribe no piensa que sea una completa pérdida de dinero y tiempo; aunque dice que para la arquitectura “tienes que pensar en otra solución”, también afirma que la impresión en 3D es una tecnología impresionante para el diseño de objetos y productos como prótesis de partes del cuerpo o piezas para investigaciones de robótica.

Aunque el arquitecto opina que las impresoras 3D están más que nada hechas para el laboratorio, también está consciente que la tendencia de tenerlas en casa está incrementando y afirma que “el potencial de su uso doméstico reside en la posibilidad de crear objetos personalizados.” Los únicos problemas, según él, son la forma de pagar por los derechos, las condiciones y el tiempo para aprender a utilizar el complicado software.

Como arquitecto y diseñador, lo que González Uribe quiere es abrir posibilidades y pretende usar el diseño computacional como una herramienta que integre nuevos materiales y analice cómo funcionan. Para él, la funcionalidad y el diseño son ambos importantes y cree que la belleza exterior de los edificios es clave ya que “todos los días hacemos elecciones basadas en gustos visuales.”

El exterior sí es importante para el arquitecto investigador, pero él dice que se trata más de una visión en conjunto y que se debe crear conciencia de que las ciudades y todos sus componentes están conectados y por eso lo que pase en una parte de la ciudad afecta a la otra. González Uribe insiste en que el diseño urbano debe involucrar ese pensamiento y cree que hay que entender qué recursos proporciona la naturaleza para incluirlos en la planeación de las ciudades.

Las impresiones en 3D de maquetas y pequeños prototipos de lo que en verdad se construirá sí pueden ser de mucha utilidad, y aunque esta tecnología claramente no es una solución real para construir casas y edificios, sí existen otros materiales que habría que estudiar y explorar para así desarrollar tecnologías que apoyen el diseño arquitectónico y la construcción de estructuras.

Referencia: MIT Technology Review