Motorola construyó un automóvil eléctrico en la década de los 90 porque no solamente se dedicaban al desarrollo de dispositivos electrónicos, veían todas las posibilidades del mercado.

La empresa diseñó un Chevrolet Corvette EV con un distintivo color rojo de base pero con techo blanco que sin duda a nadie se le podía escapar a simple vista.

El automóvil no es muy diferente al resto de modelos que llevan ese nombre en el diseño, sin embargo el cambio que diferenciaba este coche a otros era su parte interior.

Motorola y su curiosa historia de corvette eléctrico

Motorola diseñó este automóvil con la necesidad de ser alimentado por baterías de ciclo profundo y era tanta la cantidad que se utilizaba, que una parte de ellas se encontraban por debajo del maletero.

La empresa construyó el auto con una visión que fuera totalmente eléctrico, sin embargo para mover esa cantidad de peso era necesario muchas baterías que también estaban por el suelo y en el capó.

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El automóvil era un secreto que la compañía no quería que saliera a la luz tan fácil por lo que indican los reportes internos y manuales descubiertos donde existen pasos para evitar la filtración de datos.

El proyecto terminó como inició, como un secreto para muchos y con un intento arriesgado que no funcionó y por eso se dejó de lado.

La empresa abandonó el Corvette como un proyecto sin acabar y es una lástima, pues no deja de ser interesante ver a grandes marcas arriesgándose con el fin de ampliar su espectro de ventas en casos donde no son expertos en esos temas.