La versión 3.5 de Android Studio ha sido liberada pero… ¿es lo suficientemente buena para las necesidades actuales de
los programadores?

Para algunos de los desarrolladores, las actualizaciones de esta herramienta para programar en el sistema operativo Android, salen con demasiada rapidez, aunque hay que decir que en otros lenguajes este fenómeno es recurrente.

El problema empieza cuando el programador actualiza la versión y tiene que pasar más de 20 minutos corrigiendo cosas para que el software escrito siga funcionando, cuestión que -al menos en teoría- debería manejarse de forma automática en la actualización.

Las reacciones a la versión 3.5 no se han hecho esperar y en los
comentarios al video de YouTube se comenta lo siguiente:

  • «Esta versión no está funcionando y no puedo abrir ningún proyecto».
  • «Truena cuando se crea o se abre algún proyecto. Ayuda, por favor.»
  • «Imposible de crear nada con gradle 3.5.0 incluida en la actualización. Regresando a gradle 3.4.2.»
  • «Acabo de instalar esta nueva versión y ahora está súper lenta con respecto a la versión previa… Estoy pensando en revertir a la versión anterior…»
  • «Tan pronto como actualicé a la 3.5, mi proyecto tronó y tuve que limpiar caché y reconstruirlo. Las mismas cosas que supuestamente ya se habían arreglado.»
  • «Hey, hagan Android Studio en versión liught. Está lentísima incluso en mi disco de estado sólido y 8 GB de RAM en mi PC.»

Un reto complejo para Google

Es evidente que el desarrollo en Android se está haciendo cada vez más
complicado. La razón es que Android ya tiene muchas versiones, muchos APIs y muchas bibliotecas.

Y todo parece deberse a lo que empezó mal en el 2017, cuando se abandonó el compilador Jack and Jill, el cual parecía ser un prometedor proyecto. Se supone que esto haría la entrada triunfal de Android al siglo XXI y además, tendría soporte a Java avanzado.

Tal vez parte de la problemática es el futuro de Android debido a la larga demanda interpuesta por Oracle, que finalmente busca un montón de dinero porque Google usa Java, que en el momento de empezar con Android era de código abierto y la gran promesa de un lenguaje portable entre plataformas.

Y como la demanda de Oracle no parece tener fecha de finalización, da la impresión que en Google/Android, están esperando a ver qué decide el juez de la causa para saber qué acciones se tomarán en el desarrollo de herramientas para Android.

Pero aparte de ello, en general, en los lenguajes y herramientas de programación, los desarrolladores de las mismas están atentos a los «bugs» o errores, sin embargo, pareciera que en el caso de las nuevas versiones de Android Studio, los autores de las mismas no hacen caso a lo que se les dice que son problemas en el desarrollo.

Pareciera que no les importa mucho lo que piensen los programadores cotidianos y por alguna razón, pareciera que hay una parte de las pruebas que se hacen en los sistemas que están siendo pasadas por alto.

¿Borrón y cuenta nueva?

Android Studio es de código abierto, sí, pero en la versión 3.5, por ejemplo, solamente se le da el crédito a unos 40 programadores. En IntelliJ el crédito va a unos 320 colaboradores. Quizás esta falta de apoyo, simplemente dando el crédito a quien lo merece, es otra de esas cosas que aunque parecen no muy importantes, están causando problemas en el desarrollo de esta herramienta para programar Android.

En las grandes empresas de cómputo, el mantener sistemas problemáticos ha tenido una solución, acabar con ellos. Nadya Satella, por ejemplo, decidió terminar con Windows Phone, que era «la tercera fuerza» en sistemas operativos móviles, pero lejos de Android e iOS.

Igualmente Microsoft se deshizo de proyectos como Zune, que se negaba a morir, a pesar de que la plataforma para competir contra el iPod iba de mal en peor hasta que de nuevo, Satella terminó con esta pesadilla.

Tal vez, sólo tal vez, los tomadores de decisiones sobre el futuro de las herramientas de Android, por parte del fabricante, Google, deberían considerar que hay cosas que parecen estar mal de raíz. 

Esto no significa acabar con esta herramienta, sino que se debería intentar una reingeniería en serio y así hacer de Android Studio la herramienta de programación que esperamos todos, desde los principiantes hasta los programadores avanzados.