La pandemia llegó a sacudir no solo la economía mundial, los sistemas de salud de cada país y la manera en que nos desenvolvemos profesional, educativa y socialmente, sino también nuestros hábitos de consumo.

Hay industrias este año que fueron golpeadas inclementemente, como la del cine, o que reflejaron crecimientos descomunales, como la de los videojuegos. Y hay otras aristas de consumo que no se suelen considerar, pero que también son reflejo de lo que nos ha ocurrido como sociedad, como la de los audiolibros.

Para hablar sobre este último tema, platicamos con José Alberto Parra, Director de Storytel, quien comenzó afirmando que esa plataforma no fue ajena a un crecimiento, tal como ocurrió con otras de entretenimiento digital, y que ello se rastrea hasta inicios del confinamiento.

También dice que antes de la alerta sanitaria tenían detectado que el uso de audiolibros estaba relacionado con los tiempos de traslado (auto, transporte público, etc), por lo que una vez decretado el confinamiento el consumo se mantuvo estable a lo largo de distintos momentos del día.

‘Esto fue muy interesante porque realmente nos habla de que el público le dio una oportunidad a los audiolibros más allá de los tiempos de traslado’, dice Parra antes de afirmar que antes de la pandemia el consumo estaba enfocado en la no ficción, en temas en los que la gente encontraba una utilidad, como temas de negocios o de desarrollo personal.

Una vez que tuvimos que encerrarnos en todo el mundo, Parra afirma que la ficción y los contenidos infantiles aumentaron sus escuchas, lo que hizo que hubiera mayor balance en el consumo, lo que además motivó a Storytel a ofrecer más contenidos a sus suscriptores (cada día hay una exclusiva nueva).

Y finalmente dice que, aunque los audiolibros son relativamente nuevos en el mercado de habla hispana, dentro del panorama internacional es la categoría de entretenimiento que más está creciendo.