El ritmo del avance tecnológico tiende a volver obsoletos a muchos objetos, programas y aplicaciones en un parpadeo. Los ejemplos abundan: cassettes, sistemas operativos completos, software de productividad y aplicaciones que no corren en nuevos dispositivos, por mencionar solo algunos.

Ya se ha abordado en este sitio la lucha del ser humano contra la obsolescencia en prácticamente todos los ámbitos de la existencia. Queremos mantenernos vigentes, reinventarnos y adaptarnos a los nuevos entornos. Y lo mismo sucede con en la tecnología.

Sin embargo, siempre brincan algunas voces en contra de las nuevas versiones. Es casi inmediata la creación de grupos en Facebook con consignas de “Firma si quieres que nos regresen a la versión anterior”, la mayoría sin ningún efecto.

Pero no todas carecen de sentido.

Los sistemas operativos de las computadoras y ahora con los teléfonos inteligentes solicitan que actualicemos constantemente el software. Y la justificación debería ser que, al hacerlo, todo funcionará mejor pero no siempre sucede eso. Cada vez es más común que tu dispositivo opere correctamente antes de hacer la actualización y, al realizarla, surgen nuevos errores o bugs.

Entonces, ¿si no está roto para qué lo arreglas?

Definitivamente, algunos avances son significativos en el funcionamiento de tus gadgets favoritos pero requieren de mayores capacidades del hardware del mismo que no todos tienen. De esa manera, los dispositivos más antiguos resultan afectados negativamente e, incluso, algunos quedan inservibles. A lo anterior se le denomina ‘obsolescencia programada’ y este concepto es abordado en el cortometraje iDiotas. Básicamente, es una estrategia para beneficio de los fabricantes en la que obliga a los consumidores a reemplazar sus dispositivos por los más nuevos.

Por lo tanto, es común ver en grandes empresas que sigan utilizando Windows XP, ya que la inversión que realizaron en programas personalizados a sus necesidades probablemente no corran en las nuevas versiones del sistema operativo o, al menos, tengan fallas de compatibilidad entre las distintas versiones del OS.

Si bien hay que renovarse o morir, no todas las actualizaciones son necesarias ni benéficas para los usuarios. Lo ideal sería saber cuáles son las realmente útiles, ¿no crees?