Sigue la mata dando. Las consecuencias derivadas del anuncio de la compra de Twitter por Elon Musk no se detienen y ahora, cientos de usuarios han hecho de las frases «No autorizo» y «mensajes eliminados» tendencias en la propia red social.

Los temores por cambios en las políticas de uso y privacidad en la plataforma son evidentes entre los abonados del servicio, quienes han expresado su intención por limitar, en la medida de lo posible, el acceso y uso de sus datos por parte de la nueva administración.

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En medio de estas preocupaciones, es que Twitter ha comenzado a inundarse de mensajes que intentan prohibir que, particularmente, Elon Musk utilice la información, fotos, imágenes, publicaciones y mensajes borrados de ciertos usuarios.

De esta manera, tan solo en México y de acuerdo con datos de la propia red social, el término «Mensajes Eliminados» ha generado más de 11.8 mil tweets relacionados, mientras que la frase «No autorizo» ha hecho lo propio con 18.6 mil tweets.

En medio de este revuelo, y aunque para muchos es un tema obvio, la magnitud que estas cadenas han ganado en el servicio nos lleva a preguntarnos que tan efectivos son estos mensajes para limitar el uso de lo que compartimos en Twitter.

¿Funcionan los mensajes “No autorizo” en Twitter?

En realidad estamos frente a un esfuerzo que carece de toda validez. En otras palabras estamos frente a una cadena de desinformación que vuelve a poner sobre la mesa el grave problema de las fake news en redes sociales.

La respuesta es simple de encontrar. Basta con remitirse a los términos y condiciones de uso en Twitter, mismos que una vez que se aceptan al crear una cuenta suponen un serie de cesiones de derechos sobre lo que se comparte en la red social.

De manera puntual, se lee:

«Al enviar, publicar o mostrar Contenido a través de los Servicios (de Twitter), nos otorga una licencia mundial, no exclusiva, libre del pago de derechos (con derecho a sublicencia) para usar, copiar, reproducir, procesar, adaptar. modificar, publicar, transmitir, mostrar y distribuir dicho Contenido en todos y cada uno de los medios de comunicación o métodos de distribución posibles, conocidos ahora o desarrollados con posterioridad (a efectos aclaratorios, estos derechos incluyen, por ejemplo, los de organización, transformación y traducción). Esta licencia nos autoriza a poner su Contenido a disposición del resto del mundo y a permitir que otros hagan lo mismo. Usted acepta que esta licencia incluye el derecho de Twitter a proporcionar, promover y mejorar los Servicios y a poner el contenido enviado a o a través de los Servicios a disposición de otras empresas, organizaciones o personas para la sindicación, emisión, distribución, Retweet, promoción o publicación de dicho contenido en otros medios y servicios, sujeto a nuestros términos y condiciones para el uso de dicho Contenido»

Más allá de los memes y burlas que esta situación ha desatado, lo que queda en medio de la discusión es la poca responsabilidad que muchos usuarios tienen al aceptar los términos y condiciones de los servicios digitales que se utilizan a diario, mismos que del lado de las plataformas requieren un ajuste necesario para ser más accesibles y entendibles.

A finales del año pasado, Visual Capitalist indicaba que un usuario necesitaría en promedio 250 horas para leer todos los acuerdos por prestación de servicios que emplea en sus celulares y computadoras.

Aunque en el caso de Twiiter el tiempo estimado de lectura ronda entre los 20 y 25 minutos, según el informe, lo que ahora sucede alrededor de los mensajes «No autorizo» pone sobre la mesa la falta de cultura alrededor de leer las condiciones de uso antes de dar clic en el botón «acepto».