Con la pandemia, los cambios de hábito de las personas potenciaron el uso de distintas herramientas tecnológicas para poder realizar operaciones sin contacto; para ello, el código QR fue la respuesta de muchas empresas para seguir en pie de guerra ante la crisis sanitaria.

El código QR se ha generalizado durante estos dos últimos años, por lo que también lo hacen un campo vulnerable para cometer ilícitos.

¿Qué es un código QR?

Un código QR no es más que un código de barra bidimensional que tiene la capacidad de almacenar hasta 7 mil 89 dígitos o 4 mil 296 caracteres.

El futuro del código QR, ¿Cuál será la evolución de esta tecnología?

Puede escanearse con un lector de código QR, mismo que está integrado en las cámaras por defecto de la mayoría de los dispositivos móviles, para descifrar los datos que están codificados en él.

Se trata básicamente de una cadena de texto, y suele ser una URL o un enlace a un sitio web o a la cuenta oficial de un comerciante en un sistema de pago.

Sin embargo, esta popularidad también ha convertido al código QR en un terreno fértil para los ciberdelincuentes aderecen su kit de malware para robar no solo la información personal, sino también activos que son imposibles de recuperar una vez perdidos.

De hecho, las amenazas relacionadas con este tipo de productos se han vuelto frecuentes y astutas, incluso el FBI ha emitido una advertencia al respecto.

Un ejemplo de estafa con código QR que se basa en el ámbito físico es el que consiste en que actores maliciosos impriman pegatinas con códigos QR y las coloquen físicamente sobre los auténticos.

Por lo general la gente asume que los letreros o carteles con estos códigos de barras son seguros en las tiendas o espacios públicos, y por lo tanto podrían no ser conscientes de que los actores maliciosos podrían sustituir los mecanismos legítimos por otros falsos.

Consejos.

Aunque los esquemas comentados son preocupantes, los usuarios pueden mantener a raya las estafas con códigos QR siguiendo buenas prácticas.

Los expertos recomiendan asegurarse de que el sitio web enlazado sea legítimo antes de proporcionar información personal. Un truco puede ser comprobar si hay algún error ortográfico en la propia URL.

En el caso de hacer una transacción local de un comerciante o proveedor de servicios, los expertos en ciberseguridad también instan a asegurarte de que el código QR no esté pegado sobre uno original.

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