La Raspberry Pi es una computadora completa, de 35 dólares. Usa una versión de Linux para un procesador ARM y tiene conectores para teclado, pantalla (HDMI) e incluso, para conectar tarjetas con muchos GB de RAM. De esta manera, una pequeña tarjeta del tamaño de la equivalente a la de crédito, permite hacer cómputo de manera muy económica. Los creadores de la Pi pensaron en esto cuando diseñaron su tarjeta.

Sin embargo, esta clase de inventos lleva a encender la imaginación de mucha gente, y en este caso ya han surgido una serie de dispositivos que se le pueden conectar a la tarjeta, por ejemplo, sensores, cámaras web, etcétera. Ahora incluso la nueva idea es ponerle un «sombrero» (HAT) a la Pi, que no es otra cosa que «hardware que se coloca encima de la Pi» (en inglés HAT – Hardware Attached on Top), lo cual permite expander las posibilidades de la Pi y podría revolucionar el uso que se le puede dar a esta impresionante computadora posmoderna.

Por ejemplo, si se desea usar la Pi para cómputo en el mundo físico, lo que se necesita es acceder a la tarjeta de expansión. Usualmente ersto es fácil desde el punto de vista del hardware, pues se trata de hacer las conexiones con la Pi. El software normalmente es más difícil, pues requiere drivers instalados y configurados.  Esto detiene muchas veces algunos desarrollos, sobre todo en los principiantes, pues encuentran incompatibilidades o problemas con los manejadores del hardware y no tienen idea de cómo resolverlos.

La tarjeta Pi original, modelo A y B no tienen la posibilidad de poner tarjetas de expansión, pues simplemente tienen un cable de 26 pines que puede ponerse sobre el conector GPIO. Pero el nuevo modelo B+ hace un cambio considerable ya que pone un encabezado PCB de 40 pines. El nuevo conector es compatible con los 26 pines de los modelos A y B originales. Además, dos nuevos pines, ID_SC y ID_SD permiten usarse para conectar un PROM serial. Esto permite a la tarjeta de expansión identificarse con la Pi para cargar drivers que sean necesarios.  En otras palabras, si el diseño del fabricante es adecuado, se puede auto-configurar la tarjeta de expansión.

Así pues, HAT cumple con los estándares mínimos y hay un gran margen para innovar y poner nuevas características. Con respecto a los modelos originales A y B, como HAT es compatible hacia atrás, es posible usarlos, pero no tendrían la capacidad de auto-configurarse, lo cual es básicamente un problema del hardware de la tarjeta A y B originales de la Pi.

Y como ya podría esperarse, AdaFruit, el creador de HAT ha creado una línea de tarjetas de expansión llamadas HatADay, que contienen una pantalla de 2.2 pulgadas, TFT, GPS, servomecanismos, entre otras cosas, por lo que los HATs para Pi se ven bastante prometedores. Vamos, hasta hay una tarjeta para prototipos que puede usarse con su propio ID EPROM para crear HATs específicos.

La idea de poder comprar un GPS, una pantalla y simplemente colocarla en la PI para crear un sistema completo lanza a la Pi a nuevos territorios y simplifica enormemente la tarea de iniciar proyectos que requiertan hardware complejo.

Referencias:

Introducción a los HATs de  Raspberry Pi