Se ha estimado que se han vendido más de 350 millones de cubos de Rubik o imitaciones en todo el mundo. Su sencillo mecanismo sorprende tanto desde el punto de vista mecánico, al estudiar su interior, como por la complejidad de las combinaciones que se consiguen al girar sus caras. El cubo celebró su aniversario número 25 en 2005 por lo que salió a la venta una edición especial del mismo en la que la cara blanca fue remplazada por una reflejante en la que se leía “Rubik’s Cube 1980-2005“.
La versión electrónica del cubo de Rubik no tiene partes mecánicas sino LEDs multicolores que se mueven al tocar alguno de los lados de las paredes de los cubos, y así sus colores cambian. Cada vez que se ejecuta una operación de esta naturaleza se emite un sonido a través de una bocina interna mientras que un acelerómetro se entera de qué lado es el que está arriba. Cuando el cubo no se está usando, éste se recarga y lo avisa cambiando las luces del mismo, ideal para una noche de nerds.
Fuente: NYTimes