Un adolescente estadounidense de 15 años, Jack Andraka, ha inventado una nueva forma, simple y barata, de detectar el cáncer de páncreas, un padecimiento del cual se habló mucho en el mundo ya que Steve Jobs lo padeció. El descubrimiento le ha valido el primer premio de la feria de ciencia e ingeniería más importante del mundo, la Intel International Science and Engineering Fair.

Los tumores en el páncreas suponen una de las enfermedades que mayor número de muertes produce al año por cáncer, ya que su porcentaje de mortalidad es casi del 98%.Sus causas varían entre la herencia genética, el tabaquismo, la obesidad o una alimentación con bajo consumo de fibras o exceso de carne roja, entre otros.

Pero la temprana detección de esta patología asegura la curación de la enfermedad casi en un 100%. Esto significaría localizar el tumor cuando todavía se encuentra únicamente en el órgano, pero es algo que no sucede en muchos casos dado que no existían pruebas los suficientemente eficaces.

El método Jack Andraka es un 90% más eficaz que el resto de pruebas existentes hasta el momento, a la vez que 28 veces más barata, 1.000 veces  más sensible y además no es invasivo para el organismo.

Este sistema es una pieza humilde de papel de filtro, excepto que se sumerge en una solución de nanotubos de carbono, que son cilindros huecos con paredes del espesor de un solo átomo, recubiertas con un anticuerpo específico diseñado para unirse con el virus o proteína que se esta buscando.  La idea clave es que hay cambios notables en la conductividad eléctrica de los nanotubos cuando las distancias entre ellos cambian. Cuando los anticuerpos en la superficie de los nanotubos entran en contacto con una proteína diana, las proteínas se unen a los tubos y los separa un poco. Ese cambio en los espacios entre los tubos pueden ser detectados por un contador eléctrico. Andraka utiliza un medidor de $ 50 dólares de Home Depot para hacer el truco, pero, dice, que los médicos pueden fácilmente insertar sus tiras reactivas en los glucómetros utilizados por millones de diabéticos en todo el mundo para realizar la lectura.

El adolescente, de tan solo 15 años, afirma estar trabajando con la prestigiosa universidad de Johns Hopkins para mejorar la patente y empezando a ofrecer su producto a diversas empresas para su comercialización.

Referencia: BBC