Hemos estado tan en contacto con los smartphones durante la última década que abundan situaciones que damos por sentadas. A final de cuentas, los avances tecnológicos hacen que retiremos de nuestros cerebros las limitantes de otras décadas.

Panasonic Q, la consola que muy pocos conocieron

Pero basta con voltear al pasado para percatarse de los agigantados pasos que ha dado la tecnología celular. Nuestros teléfonos caben perfectamente en la bolsa de un pantalón, mientras que antes era un lío transportarlos.

Toma como ejemplo lo que ocurría con Motorola Bag Phone, el nombre coloquial con el que se conoció a una línea de celulares que la compañía comenzó a fabricar a finales de los 80.

Fueron teléfonos que ofrecían al consumidor mayor durabilidad y poder en comparación con otros celulares de la época y fueron especialmente populares entre camioneros, barqueros y gente de áreas rurales.

¿La razón? El teléfono se conectaba a un transceptor que a su vez era alimentado por una batería transportable.

De hecho en su momento los Bag Phones no eran necesariamente una idea novedosa (sus antecedentes se rastrean hacia los teléfonos DynaTAC y la serie Tough Talker), pero lo que hizo Motorola fue reducir el tamaño y peso del transceptor y la batería, además de apostar por bolsas más llamativas para todo tipo de consumidor de telefonía celular.

La línea fue introducida al mercado en 1988.

La batería rendía para 2.5 horas de uso en llamadas y para 48 en standby, los teléfonos podían instalarse en un automóvil y las bolsas era diseñadas por Caseworks, Inc. o Service Manufacturing Corporation.

Por cierto, así se veían los componentes de un Bag Phone cuando se les sacaba de la bolsa:

A lo largo de la vida de la línea, Motorola produjo distintos modelos hasta que finamente fue descontinuada en 2000.

Como dato adicional, la tecnología de los Bag Phones operaba con redes que desde 2008 dejaron de existir, lo que los hace un auténtico artículo de colección.