La cápsula de la misión Hayabusa2 aterrizó hace un par de días en Australia, luego de haber estado un año en el asteroide recolectando muestras y de un viaje de otro año de regreso a la Tierra, como parte de una misión extendida de la agencia espacial japonesa.

El objetivo es conocer el origen y la evolución de nuestro Sistema Solar, pero para eso hay que ir una piedra a la vez.

La Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA, por sus siglas en inglés) lanzó el explorador de asteroides Hayabusa2 en diciembre de 2014, el cual llegó al asteroide Ryugu cuatro años después, a mediados de 2018. Hayabusa2 soltó en el asteroide dos rovers para recolectar muestras y estuvo casi año y medio en el asteroide; en noviembre de 2019 empezó el viaje de regreso a casa.

Asteroide Ryugu

La nave espacial —no te imagines al Halcón Milenario porque más bien el Hayabusa2 parece un satélite— al estar cerca de la Tierra (en estos casos, la cercanía es relativa ya que la nave soltó la cápsula a 200,000 kilómetros de distancia) lanzó al planeta una pequeña cápsula con las muestras.

La cápsula entró a la atmósfera a 200 kilómetros de altura a una velocidad de 12 kilómetros por hora y, como se ve en las películas, se calentó al entrar a la atmósfera, luego se desprendió del escudo térmico que la protegía y, a 10 kilómetros de altura, desplegó un paracaídas para caer en el desierto en Australia. Durante el proceso de reentrada a la atmósfera, que puedes revisar en la página de JAXA, la cápsula emitía señales de radio para poder saber dónde caería mediante una antena.

Crédito: Akihiro Ikeshita

La cápsula aterrizó en Australia el 5 de diciembre pasado y ayer martes 8 de diciembre llegó a las instalaciones de la agencia espacial en Japón, aunque los científicos no podrán abrir la cápsula sino hasta la semana entrante.

Por su parte, la nave espacial Hayabusa2, después de lanzar la cápsula realizó una maniobra para evitar entrar en la atmósfera terrestre, orbitó a 200 kilómetros de la Tierra y continuó de largo. La misión Hayabusa2 es de largo aliento y apenas empieza. Según ha dicho JAXA, la nave va camino al asteroide 1998 KY26, al cual deberá llegar en 2031.

La misión Hayabusa2 es la sucesora de la original Hayabusa, que en 2010 trajo a la Tierra muestras del asteroide Itokawa.

A investigar las muestras

Esta es la segunda vez en la historia que las muestras de un asteroide son traídas por una nave espacial (la primera fue la Hayabusa original), lo que significa que no están contaminadas por radiación solar ni otros elementos, por lo que hay mucho por investigar. Los científicos en Japón esperan poder resolver con estas muestras muchas dudas sobre nuestro Sistema Solar e incluso de la formación de nuestro planeta. Algunas dudas naturales serían: Qué tan antiguos son los asteroides como Ryugu, o cuánta agua o material orgánico contienen o, incluso, si habría sido posible que haya sido algún asteroide el que haya traído a la Tierra los ingredientes necesarios para que se formara la vida hace billones de años.