El Campeonato de Apertura 2022 del futbol mexicano dará inicio esta noche con el encuentro entre Necaxa y Toluca, quienes por tercera vez inauguran el campeonato y que ahora son reflejo de una guerra en streaming que no gustará a los usuarios.

Vamos al principio. En días pasados, se dio a conocer que este partido inaugural se transmitiría para el disfrute de los aficionados en televisión abierta por canal 7, propiedad de TV Azteca, así como por TUDN, respaldado por Televisa.

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A unas horas de que se libre el encuentro, esta información ha cambiado dando un giro rotundo que mucho tiene que ver con las intenciones de capitalizar el creciente mercado de streaming en México.

Y es que de manera abrupta se confirmó que el esperado Necaxa contra Toluca no se transmitirá por TV Azteca ni por televisión abierta. Vix, la recién lanzada plataforma de streaming firmada por Televisa, será la ganadora.

El asunto ha generado sorpresa y descontento en muchos aficionados, quienes ahora mismo, ven acotadas sus opciones para disfrutar el encuentro.

Más allá de las implicaciones en términos de negocio, audiencias, patrocinios o euforia deportiva que esto podría generar, lo cierto es que estamos ante un ejemplo más de lo que suponen las intenciones de cada vez más empresas sobre dominar el terreno del streaming.

Streaming: Entre un partido y usuarios comprometidos

El movimiento por parte de Vix (o si lo quieres ver así, Televisa) es claro. Ha decidido cerrar sus derechos a una app de streaming que si bien es gratuita ahora, está a unos días de lanzar un plan de pago -por 119 pesos al mes, que llegará el 21 de julio-.

No hay mucho que decir. Una estrategia de marketing gestada al vapor que busca ganar a toda costa suscriptores con intenciones de que el servicio sea conocido antes de su «evolución».

Lo cierto es que en el mercado del streaming, esta seguirá siendo una práctica constante. Programas, eventos y demás producciones comenzarán a retirarse de espacios «de más libre mayor acceso» como la TV de paga o la señal abierta para llegar a estos servicios, por los que eventualmente, el usuario deberá pagar para tener una mejor experiencia.

Ejemplos sobran. En enero de este año Disney decidió retirar canales infantiles de la parrilla de programación de la televisión de paga para migrarlos a su plataforma destreaming, mientras que el pasado 13 de abril Fox Sports salió de la transmisión de Dish.

Cuando menos en términos de negocio, el movimiento es justificado. Estimaciones entregadas por Observatel indican que las plataformas de streaming en México reportarán este año ingresos por cerca de mil 400 millones de dólares, cifra al menos cuatro veces superior a los ingresos anuales de los cines en el paísque alcanzaron los 373.8 millones de dólares.

Lo cierto es que del lado del usuario se hará más presente el fenómeno de frustración de elección. Según estimaciones de The Competitive Intelligence Unit (The CIU), los mexicanos gastan hasta 5 mil pesos anuales en streaming, una media mensual de 417 pesos. La pregunta es cuál elegir.

Un arma de doble filo se perfila. Sí, tener exclusivos en streaming, como ahora sucede con el partido de Vix, garantiza tener audiencias. El custionamiento es por cuánto tiempo y qué contenidos pueden ofrecer estos servicios para que decidamos considerarlos en este gasto de apenas 400 pesos mensuales.