Es común que los usuarios de cualquier sistema operativo tengan sus versiones favoritas y que aunque lleguen nuevas, con actualizaciones, mejoras y parches de seguridad, algunas personas prefieren quedarse con sus antecesores. Si este es tu caso y quieres desinstalar Windows 10 para volver a una versión anterior, te decimos cómo hacerlo.

Lo primero que debes saber es que puedes regresar a varios Windows previos al 10, pero recomendamos que solo des un paso atrás para llegar a la versión 8.1 del sistema operativo de Microsoft, pues los equipos de los últimos años pueden contar con características e incluso componentes que aún no estaban disponibles cuando estos fueron lanzados.

Otro punto a tomar en cuenta es que, de la misma manera, antecesores a Windows 8.1 llegaron al mercado en otro contexto en temas de tecnología y seguridad. Ir muy atrás puede afectar el rendimiento de tu dispositivo e incluso ponerte en riesgo. 

Microsoft anuncia el fin de soporte para Windows 10

Para regresar a Windows 8.1 te aconsejamos, antes que nada, hacer una copia de tus archivos, especialmente aquellos que te sean relevantes, en una ubicación separada como una memoria externa o un servicio de almacenamiento en la nube.

Los programas con los que cuentas en tu equipo también desaparecerán, así que prepárate para tener que instalarlos de nuevo.

El siguiente paso es preparar el medio para la instalación de Windows 8.1. Microsoft ofrece un servicio de descarga en el que puedes obtener los archivos de instalación para luego pasarlos a una USB o incluso a un DVD, si lo prefieres. 

También debes tener a la mano la clave de producto, que es el código de 25 dígitos que debe haberte llegado con la compra de Windows o en su caso del equipo. En ocasiones está ubicado en algún lugar de la superficie de la computadora.

¡Adiós Windows 10! La próxima versión sería llamada Windows 11

Cuando hayas terminado de realizar los primeros pasos y tengas todo lo que necesites a la mano, es hora de desinstalar Windows 10. Te aconsejamos retirar todo lo que esté conectado al equipo y no necesites antes de hacerlo, e insertar el disco o USB en donde guardaste los archivos de Windows 8.1 Ahora, reinicia la computadora y arranca desde esa unidad.

Esto requiere ingresar un comando de teclado para abrir el menú de inicio o ingresar al BIOS (Basic Input Output System) o UEFI (Unified Extensible Firmware Interface) en sistemas más nuevos y seleccionar manualmente la unidad.

Para hacerlo prueba oprimiendo suprimir una y otra vez después de ver la pantalla de presentación de la computadora, es decir, cuando se muestra al fabricante. Si esto no funciona, puedes consultar el manual del equipo para ver cómo ingresar al BIOS.

Una vez en el BIOS, buscar una orden de arranque o una anulación de arranque. Estas permiten elegir qué dispositivo intentará cargar primero la computadora. Lo que buscas es que los medios de instalación de Windows 8.1 se carguen antes que el disco duro. Siguiendo este proceso, el menú para la instalación de esta versión del sistema operativo de Microsoft debe aparecer en pantalla. 

Sigue las instrucciones que verás a continuación para seleccionar, por ejemplo, idioma, ubicación y localización del teclado. Al final, debes encontrarte con la opción de instalar ahora.

Acepta los términos de la licencia y elige la instalación personalizada. Ahí deberás seleccionar nuevamente la unidad con los archivos de instalación. Luego elige formatear, espera a que este proceso se lleve a cabo, y pasa a la siguiente pantalla. En esta debe arrancar finalmente la instalación, algo que puede tomar de 30 minutos a una hora, así que no olvides mantener tu equipo conectado a una corriente. Al terminar, la computadora se reiniciará.

Después de unos minutos, deberás ver que Windows 8.1 comienza su primer proceso de inicio. Aquí, te invitará a seleccionar algunas configuraciones y preferencias. Sigue las instrucciones en pantalla y, para acabar, da clic en finalizar.