Sabemos que en el mundo hay muchos objetos que se venden, que alcanzan cifras millonarias por compradores que se ve que no saben en qué gastar su dinero, y en ocasiones sorprende las cantidades que la gente desembolsa por algo. Por ejemplo, en el caso de la tecnología, se han hecho varias subastas de equipos Apple 1, los cuales han alcanzado con cierta facilidad más de medio millón de dólares. Claramente aquí el valor corresponde a un objeto que es escaso, que es emblemático y los seres humanos, por ello, le damos valor, porque desde luego, ninguna Apple 1 puede costar semejantes cifras, además que su tecnología está absolutamente superada.

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Pero ahora nos enteramos que se ha pagado casi medio millón de dólares por una pintura creada por una red neuronal profunda, lo que en realidad representa un profundo malentendido. Es evidente que la tecnología ha cambiado nuestra percepción de lo que es el arte. Ya no es solamente una serie de trazos sobre un lienzo. Ahora incluso pinturas destruidas a propósito parecen ser más valiosa que las originales, como en el caso de Banksy. La razón que se esgrime en casos como éste es que al destruir de manera original la imagen, involucra creatividad y arte. Cualquiera puede hacer lo que hizo Bansky, peor destruir la pintura en plena subasta es un hecho que curiosamente, le agrega valor.

Hoy hablamos de redes neuronales y de Inteligencia Artificial (IA) de manera cada vez más frecuente y podemos ver que hay sistemas de redes profundas, de redes que aprenden, que crean arte sin hacer mayores intentos. Vamos, que es un algoritmo que se ejecuta y que crea un resultado. A diferencia de lo que hizo Bansky, un programa puede crear una imagen, replicarla, hacer una nueva, cambiar un par de parámetros para que se vea diferente o clonarse infinidad de veces. ¿Es eso arte? Probablemente es de dudarse en el mejor de los casos, porque una pintura hecha por computadora no parece tener intención, una idea específica que quiera expresarse y esto, finalmente, no le da ningún valor.

La pintura que se pagó en 432,500m dólares en la subasta de Christies en Nueva York, es el retrato de Edmond Belamy, que se calcula alcanzó 40 veces el precio esperado. Fue creado por el ingenio de estudiantes francesdes de arte en donde usaron » Obvious» y una GAN (Generative Adversarial Network), una red neuronal entrenada usando para ello miles de ejemplso de arte. El resultado final lo hizo otro artista, Robbie Barrat, quien puso algo curioso en la licencia de uso:

EXTRA: NO OUTPUTS OF THE PRE-TRAINED MODELS MAY BE SOLD OR USED FOR-PROFIT OTHERWISE.

(EXTRA: NINGÚN RESULTADO DE LOS MODELOS PRE-ENTRENADOS PUEDEN SER VENDIDOS O USADOS CON FINES DE LUCRO).

En su página de GitHub hay muchos ejemplos interesantes. El proceso básico de este sistema es aplicar una serie de criterios que en apariencia son agradables estéticamente y luego poner la estructura de la red profunda como un adversario para juzgar si la idea es agradable o no en la imagen. Pero no hay intención en esto, bueno, sí la hay, quizás la de hacer dinero nada más. Un programa de computadora podrá pintar como un ser humano, pero hay una malinterpretación «profunda» sobre si lo creado es arte.