En el mundo de la tecnología existen varios mitos sobre los diversos padecimientos que la acompañan como es el caso de la epilepsia fotosensible, la cual se desencadena por estimulaciones luminosas e intermitentes como, por ejemplo, cuando vemos algún programa de televisión o jugamos un videojuego.

La epilepsia se refiere a un problema caracterizado por la presencia de crisis convulsivas recurrentes. Las crisis convulsivas son el resultado de un aumento en la actividad eléctrica cerebral provocadas por complicaciones durante el nacimiento, traumatismos craneales, infecciones cerebrales, problemas vasculares, enfermedades, tumores cerebrales o malformaciones diversas.

En el mundo existen al menos 40 millones de personas con epilepsia; entre 1.5 y 2 millones de mexicanos sufren crisis epilépticas. Esta enfermedad no es contagiosa, no provoca locura, no se asocia forzosamente a daño cerebral o a retraso mental y, sobre todo, en la gran mayoría de los casos puede ser controlada.

La epilepsia fotosensible es un estado que generalmente comienza entre los 6 y 14 años, teniendo su máxima expresión en la adolescencia, aunque se puede prolongar hasta los 30 años, edad a partir de la cual tiende a desaparecer o ser muy leve. Afecta a un 10% de la población afectada de epilepsia.

Hay estudios que han demostrado que para desencadenar una crisis, el estímulo luminoso debe situarse en una escala de frecuencia entre 15 y 20 hertzios.

Muchas de las personas con epilepsia desconocen que son sensibles a determinados tipos de luces o patrones de parpadeo hasta que tienen una crisis. En las personas fotosensibles, las crisis pueden estar asociadas a la exposición al parpadeo de la pantalla de televisión, secuencias de imágenes rápidas, ciertos videojuegos, monitores de computadora o a las luces de las alarmas.

Hay que aclarar que no todas las televisiones, videojuegos, monitores y luces de alarmas pueden desencadenar crisis.

Principales estímulos causantes de epilepsia fotosensible:

  • La frecuencia de la intermitencia de las luces.
  • Intensidad del brillo de la pantalla.
  • Nivel de iluminación de fondo.
  • Longitud de onda de la luz.
  • Los destellos de luz con una frecuencia comprendida entre 5 y 30 destellos por segundo tienen más probabilidades de desencadenar crisis.

Recomendaciones generales para evitar crisis en personas susceptibles:

  • Ver la televisión en habitaciones bien iluminadas.
  • Reducir el brillo de la pantalla.
  • Manténgase alejado de la pantalla al menos a 60 cm.
  • Evitar ver la televisión durante largos períodos de tiempo.
  • Considerar la utilización de pantallas más pequeñas.
  • Hacer pausas regularmente y apartar la vista de la pantalla de vez en cuando.
  • Evitar ver canales que no estén sintonizados correctamente y televisiones defectuosas.
  • Utilizar el control remoto para cambiar los canales de la TV.
  • Si nota alguna sensación extraña o inusual, apague el dispositivo.

En conclusión, el desarrollo de la tecnología moderna ha incrementado la exposición a estímulos visuales en nuestra vida cotidiana, potenciando con ello la susceptibilidad de ciertas personas a padecer respuestas fotosensibles. Por lo que es importante mantenerse alerta y tomar las medidas necesarias principalmente si existen antecedentes de la enfermedad en la familia.