Dos investigaciones distintas han anunciado en los últimos días el hallazgo de una alternativa a los antibióticos. Por un lado, una empresa de biotecnología holandesa ha presentado un sustituto de los antibióticos que podría ser utilizado frente a infecciones como el estafilococo resistente a la meticilina (SARM). Del otro, investigadores suizos han desarrollado una sustancia que también es eficaz ante las toxinas bacterianas.

Sus hallazgos son importantes porque en los últimos años se han desarrollado las «superbacterias», que ya son resistentes al tratamiento con antibióticos. Su aparición ha causado temores en la comunidad médica ya que dificultan enormemente el tratamiento de enfermedades hasta ahora consideradas rutinarias.

La firma de biotecnología holandesa Micreos ha anunciado que sus científicos han conseguido desarrollar la primera alternativa eficaz a los antibióticos. Según informa la empresa, lo describe como un significativo avance en la lucha contra las infecciones resistentes a la medicación. En un experimento con un número reducido de pacientes, el medicamento demostró ser efectivo para erradicar la superbacteria SARM.

El nuevo medicamento ya está disponible en forma de crema para las infecciones de piel y los médicos creen que es poco probable que las bacterias desarrollen inmunidad ante este nuevo tratamiento. Los investigadores holandeses esperan desarrollar una pastilla o una versión inyectable de la medicación en los próximos años.

Su hallazgo coincide con el logrado por la Universidad de Berna en Suiza que ha desarrollado de manera paralela una sustancia que también representa una alternativa eficaz a los antibióticos. Se trata de una especie de cebo para bacterias diseñado a partir de unas nanopartículas artificiales a base de lípidos, llamadas liposomas. Según el estudio, la nueva sustancia ha sido probada con éxito en ratones con sepsis (una respuesta inflamatoria que actúa como un mecanismo de defensa ante una infección grave. Después de la administración de liposomas, los roedores se curaron y no necesitaron ningún tratamiento antibiótico adicional.

El trabajo explica que el cebo a base de lípidos actúa como señuelo para las toxinas bacterianas consiguiendo atraparlas, secuestrarlas y neutralizarlas por completo. Sin toxinas las bacterias se vuelven indefensas y pueden ser eliminadas por el sistema inmunológico.

Referencia: Nature, Micreos