Es bien sabido que el ADN tiene información y de hecho, es la base biológica de todos los seres vivos.

La cantidad de información en el ADN debe ser enorme. Por ello, la técnica usada ahora por un grupo interdisciplinario de científicos, para guardar información en el ASN, particularmente «El Mago de Oz» (en Esperanto), podría convertirse en el primer paso a nuevas posibilidades de almacenamiento, pues es durable y compacta.

Lo que han realizado los científicos

«La clave es un algoritmo de codificación que permite el recuperar con precisión la información del ADN incluso en cadenas dañadas durante el almacenamiento», indica Ilya Finlkelstein, un profesor asociado de biociencias moleculares y que es uno de los autores de este trabajo.

De hecho, los humanos siguen creando cada vez más información, que parece crecer exponencialmente, y por ende, se requiere de formas para guardar esta información de forma eficiente y que además, no se corra el riesgo de perderse.

Empresas como Google y Microsoft también han estado investigando el uso del ADN para guardar información.

«Necesitamos de una manera en que estos datos estén disponibles cuando y donde se necesiten, en un formato que pueda ser leíble», dicen Stephen Jones, un investigador que colabora con Finkelstein; Bill Press, un profesor de ciencias de la computación y de biología integrativa y el estudiante de doctorado John Hawkins.

«La idea es sacar ventaja de lo que la biología ha hecho por miles de millones de años: guardar mucha información en muy poco espacio en donde además, se mantiene el acceso a la misma. El ADN no requiere de mucho espacio, puede guardarse a temperatura ambiente y puede almacenarse por cientos o miles de años».

Las ventajas y desventajas del ADN

El ADN es 5 millones de veces más eficiente que cualquier método actual usado para guardar información.

Para ponerlo en contexto: una gota de un milímetro cúbico de ADN puede guardar la misma cantidad de información que dos Walmarts llenos de servidores de datos. El ADN no requiere de refrigeración y es inmune a fallas mecánicas.

Sin embargo, hay un problema: el ADN es dado a cometer errores. Y cuando hay un error en el código genético, hay muchas diferencias contra los códigos y errores en las computadoras.

Los errores en las máquinas tienden a mostrar un espacio en blanco en el código. Los errores en el ADN pueden mostrar inserciones o borraduras de elementos.

Y estos errores en las secuencias del ADN no se hacen notar como cuando se observan errores en las computadoras. Vamos, simplemente la secuencia cambió y si no estamos alertas de esta posibilidad, podemos hallarnos con información dañada.

Para evitar esta problemática, antes la información se guardaba en el ADN muchas veces, de manera que al leer los datos, se podría, a través de la lectura de las repeticiones, si hay errores en la información.

Pero en el caso que nos ocupa, el grupo de investigadores dice:

«Hallamos una manera para construir la información como si se tratara de una malla. Cada pieza de información refuerza otras piezas de información. De esta manera, solamente se necesita leer una vez», indica Jones.

Los investigadores desarrollaron un lenguaje que evita secciones del ADN que son factibles de error o que son difíciles de leer. Los parámetros del lenguaje pueden cambiar con el tipo de información que está siendo guardada.

Diseñan nanotermómetro a partir de moléculas de ADN

La prueba demostrativa

Los investigadores demostraron la recuperación de información de ADN degradado. El equipo eligió «El Mago de Oz», el cual puso en el ADN, sujeto a humedad extrema y altas temperaturas. Incluso en partes en donde el ADN estaba dañado, la información se pudo decodificar de manera exitosa.

«Hemos tratado de lidiar con todos los problemas que podríamos tener al mismo tiempo», dijo Hawkins, quien afirma: «Hemos llegado a algo que es francamente notable».