Un agujero negro y una estrella de neutrones —uno de los objetos más densos del universo— convergen, orbitan entre sí rápidamente por la fuerza de gravedad y en un abrir y cerrar de ojos el agujero negro se traga a la estrella de neutrones.

Este fenómeno del espacio profundo pudo ser atestiguado por primera ocasión en la historia por un grupo de astrónomos y ocurrió dos veces casi seguidas en extremos opuestos del universo, según un estudio hecho por más de 100 científicos que analizaron e interpretaron los datos registrados del fenómeno y que fue publicado esta semana en la revista Astrophysical Journal Letters.

Uno pensaría que este fenómeno sería un espectáculo impresionante, pero en realidad lo que ocurrió fue que el 5 de enero de 2020 —desde entonces los científicos analizan la información detectada—, un grupo de astrofísicos escuchó un chirrido (un chirp, en inglés, que es una frecuencia modulada pulsada) generado por ondas gravitatorias generadas a unos 900 millones de años luz de distancia. El sonido fue causado por una gran onda en el espacio-tiempo —una onda gravitatoria— se extendió toda esa distancia hasta llegar a la Tierra donde fue detectada. El chirrido, sin embargo, no era parecido a ningún otro ruido escuchado previamente.

Ahí no quedó la cosa: 10 días después, los astrónomos escucharon un sonido similar. Una especie de sonido gemelo. Las ondas gravitatorias habían vuelto a llegar a los detectores en la Tierra generando el mismo ruido.

A partir de ahí empezó un análisis profundo de la información detectada y se concluyó que ambas señales se habían generado en fenómenos extremos nunca antes vistos en el espacio profundo: la colisión entre un agujero negro y una estrella de neutrones.

Esa información detectada se trató de las últimas 500 órbitas antes de que ambos cuerpos se fusionaran en uno solo. El proceso en cada caso tomó menos de un minuto y generó tanta energía en un lapso tan breve, como toda la luz del universo observable.

El ARC Centro de Excelencia para el Descubrimiento de Ondas Gravitatorias (OzGrav), una institución de la Universidad de Western Australia, publicó un video en el que hacen una representación gráfica de cómo podría verse la fusión entre un agujero negro y una estrella de neutrones.

«Fue una bocanada rápida, grande, y desapareció», dijo a la agencia de noticias AP Patrick Brady, astrofísico de la Universidad de Wisconsin Milwaukee y coautor del estudio. El agujero negro absorbió a la estrella de neutrones “y se hace un poco más enorme».

Las estrellas de neutrones es lo que queda cuando muere una estrella gigante en una explosión de supernova. Estas estrellas de neutrones son tan densas que pueden tener hasta dos veces la masa de nuestro sol, pero condensada en unos 10 kilómetros de ancho. A su vez, los agujeros negros estelares se forman cuando una estrella —más grande que la que origina la estrella de neutrones— implosiona, lo que genera una fuerza de gravedad tan poderosa que ni siquiera la luz puede escapar.

Los científicos creen que las fusiones entre estrellas de neutrones y agujeros negros deben ser más comunes, pero no se han detectado otros en nuestra galaxia. Anteriormente, ya se habían visto ondas gravitacionales de fusiones entre dos agujeros negros y entre dos estrellas de neutrones, pero esta es la primera vez que se reciben los datos de una fusión entre un agujero negro y una estrella de neutrones.