El 12 de noviembre -creánme- será una fecha histórica para la astrofísica y astronomía: se lanzará una nave para que aterrice en un cometa. Se trata de la sonda Philae, que hará contacto físico con el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Podremos entonces tener fotografías directamente desde el sitio de aterrizaje, desde la superficie del cometa, además de analizar la composición del mismo con los instrumentos que Philae tiene para tal fin.

Se piensa que este cometa se formó hace unos 5,000 millones de años. No se ha acercado nunca lo suficiente al Sol y por lo tanto, no ha habido cambios significativos en su formación. En otras palabras, es como un emisario del pasado que bien podría darnos más pistas sobre la formación del sistema solar.

El 2 de marzo del 2004 se lanzó la sonda Rosetta, la cual contiene precisamente a Philae. Sin embargo, el plan de mandar una nave a aterrizar en un cometa se empezó a considerar hace unos 20 años. La nave Rosetta ha viajado unos 6,200 millones de kilómetros (unas 24 veces la distancia que hay que recorrer para llegar a Marte desde la Tierra o bien cinco vueltas completas al Sol). La velocidad de la nave ha sido de unos 55 mil kms/hora y en estos momentos se encuentra entre loas órbitas de Marte y Júpiter.

Dos años y medio de los 10 que ha estado en su viaje por el espacio, Rosetta lo ha hecho en un estado de hibernación (para ahorrar energía) y desde mayo pasado la Agencia Espacial Europea ha hecho varias maniobras para ajustar la velocidad y la trayectoria de la nave para llegar con mayor precisión al cometa.

Aterrizar la pequeña Philae, una sonda del tamaño de un pequeño refrigerador, no es cosa fácil, pues el cometa es por una parte pequeño (unos 4 kms) y su fuerza gravitacional es mínima. Podría pasar que la nave llegue a la superficie y rebote tras hacer contacto. Hay muchas posibilidades pues de que algo salga mal.

El 15 de septiembre pasado se eligió la zona de aterrizaje, la que se llamó Algikia y fue una decisión unánime. Parece ser un zona lejos de grietas y otros desniveles. La llegada de Philae significa poner una sonda en la superficie de un cometa que rota y se traslada en un infinito viaje hacia el Sol y de regreso. Se espera que cuando Philae llegue a la superficie del 67P, se anclará a la superficie con unos arpones diseñados para ese fin y evitar el rebote y además, que se eche a perder la acariciada idea de poner una nave terrestre en la superficie de una auténtica reliquia del universo.

Rosetta está, en estos momentos, dando vueltas al cometa, a 8 kms de la superficie y girando para dar una vuelta completa en uos 4 días. Philea abandonará Rosetta a una velocidad de 18 centímetros por segundo, que aumentará hasta 95 centímetros por segundo para el momento del contacto. Cuando comiencen las maniobras de la parte más crítica de esta misión, Philae tomará imágenes de Rosetta y medirá los campos magnéticos, el polvo y el campo de plasma si es que algo así existe. Cuando pase todo esto, la sonda se posará entonces en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko y se fijará a su superficie.

Una vez en la superficie, si todo sale bien, se echarán a andar las baterías, que deben durar unas 64 horas (2 días y medio), y se realizarán muchas mediciones. Obviamente se tomarán fotografías del cometa desde la superficie, lo cual es muy emocionante si lo pensamos. Es un evento único en la historia de la humanidad.

Los datos que encuentre Philae darán a los científicos más argumentos para entender la vida pasada de nuestro sistema solar e incluso, de la vida en la Tierra. Hay quien piensa que las primeras moléculas orgánicas, los aminoácidos, habrían llegado a la Tierra gracias precisamente a los cometas.

Aunque la duración de las baterías de Philae terminará por acabarse, Rosetta seguirá orbitando el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko en su viaje al sol. Llegará a estar muy cerca de nuestra estrella antes de que se pierda el contacto con ella y los científicos también esperan sacar información valiosa conforme el hielo del cometa va sublimándose por el calor.

Es -en mi opinión- un evento del que hay que estar atentos.


(*) La imagen ilustra el tamaño del cometa contra el centro de la ciudad de Nueva York