Por una parte, Tesla es una de las armadoras de vehículos eléctricos líderes en el mundo. Desde el lanzamiento del Roadster en 2008, los entusiastas de la tecnología y los automóviles han puesto los ojos sobre lo que cada año ofrece la compañía de la que es cofundador Elon Musk.

Por otra parte, Cuphead es uno de los videojuegos más impresionantes de los últimos años. Su estilo gráfico -en sintonía con la estética de las caricaturas de Fleischer Animation de la década de los 30- y el reto old school que ofrece lo volvieron un verdadero hito en la industria del entretenimiento interactivo.

¿Qué pasa cuando mezclas Tesla con Cuphead?

Son dos conceptos que a todas luces no tienen nada que ver entre sí, pero para Musk son perfectos para combinarse en una misma experiencia.

Durante una aparición en Ride the Lightning, podcast semanal de Tesla, el empresario dijo que, en algún momento del verano de 2019, Cuphead se podrá jugar en las pantallas de los tableros de los Model 3, Model S y Model X.

Musk dijo que todo es producto de un esfuerzo conjunto con StudioMDHR, casa desarrolladora del juego.

La noticia fue confirmada por Maja Moldenhauer, uno de los productores de Cuphead, quien además dijo que el juego corre bien, bajo la aclaración de que -dadas las limitantes de almacenamiento de los vehículos-, solo se podrá jugar la Isla Uno de Inkwell.

Cuphead en Tesla solo podrá jugarse con control de cable USB (sería frustrante jugarlo tocando la pantalla).

Cuando Cuphead salió en 2017, cosechó críticas positivas de crítica y público, quienes no dejaron de observar su impecable y complejo estilo gráfico y su alta dificultad, similar a la de shooters en 2D de décadas anteriores que hacían énfasis en el reto y en la experiencia cooperativa.

También acaparó los reflectores por tratarse de un juego 100% independiente, creado a lo largo de siete años en las casas de dos hermanos.