A los fans que se enfrascan en discusiones en torno a qué consola es mejor les gusta usar el argumento de cuántas unidades de Xbox o PlayStation se venden en el mundo.

Acerca de esto, una verdad es que Sony puede presumir que tiene las dos consolas caseras más vendidas de toda la historia: PlayStation 2, con un total de 155 millones de unidades desplazadas internacionalmente, y PlayStation 4, una consola que sigue vendiendo y que hasta el momento está por encima de la marca de las 112 millones de unidades.

Por otro lado, Microsoft se ha mantenido hermética por lo que respecta a las ventas de Xbox One (la última vez que la compañía compartió sus ventas de consolas fue con Xbox 360, una plataforma que desplazó más de 84 millones de unidades).

En 2015 la compañía dijo que dejaría de tomar como referente de éxito cuántas Xbox se vendían y desde entonces su métrica ha sido la cantidad de usuarios activos en Xbox Live.

Ese enfoque persistirá ahora que Xbox Series X y Series S han llegado al mercado y fue el mismo Phil Spencer, cabeza de Xbox, quien en entrevista con The Guardian dijo por qué seguirán sin hacer públicas las ventas de consolas.

Es un hecho que a Microsoft le interesa más un ecosistema que centrarse en una plataforma. De esta manera, Spencer confirmó que no quiere que su equipo se enfoque en la venta de consolas, pues las ganancias primarias se obtienen del número de jugadores en activo.

También dijo que la posibilidad de jugar títulos de Xbox en PC hace que adquirir una Xbox Series X o S ni siquiera sea una necesidad. ‘Esas son las cosas que nos mueven, no cuántas piezas individuales de plástico se venden’, afirmó.

Aseguró que no compartirán las cifras de ventas de Xbox Series X|S aún si superan las de PlayStation 5, y recordó que en este último año Google, Amazon y Facebook entraron al cloud gaming por el que apuesta Microsoft.

‘No voy a competir contra sus números en razón de cuántas Series X venda. Google nunca va a decir cuántos Chromecast Pro vende. Hablará de cuántos jugadores en activo tiene’, concluyó.