Las posibilidades para desarrollar videojuegos son más amplias que nunca, de manera que quienes tengan la inquietud de adentrarse en ese mundo no tienen que esperar a incorporarse a las filas de las firmas grandes, pues pueden hacerlo desde la trinchera independiente, tal como lo está haciendo Octavio Romo, creador de The Overlap.

Romo es mexicano, a sus 26 años está desarrollando un juego sin ayuda de nadie y contó a Unocero su experiencia, que bien puede servir como referencia para quienes quieran iniciar también en el camino del desarrollo indie.

Él de profesión es ingeniero en mecatrónica y la sed de desarrollar videojuegos le llegó en 2019 teniendo 24 años, cuando se convenció de que no quería dedicarse al sector industrial, sino al creativo.

Fue entonces que comenzó a trabajar en The Overlap, un sandbox de supervivencia y horror cósmico (inspirado en la mitología de H. P. Lovecraft) que sigue en desarrollo, con miras a salir publicado en 2023. Las labores en esta creación son de tiempo completo, es decir, se dio cuenta de que dedicarse en serio a la creación de juegos requiere concentración al 100% y no compartir con otro trabajo, en razón del tiempo que demanda la programación, el diseño de gráficos, el marketing y más.

Él es la única persona trabajando en el desarrollo del juego y hasta el momento ha necesitado el apoyo de otra persona públicamente por lo que hace a la banda sonora.

Desarrolla en Unity -un motor que califica como versátil y práctico- en lenguaje C#. Dice que para desarrollar juegos en 2D con píxeles y dibujos es necesario apoyarse en Photoshop, mientras que para visuales en 3D su recomendación es usar Blender como herramienta de modelado.

Cuando llegó aproximadamente el 65% de compleción, llegó a la conclusión de que ya necesitaba financiamiento, pues hay aspectos que ya no puede cubrir y que tienen que ver con publicidad, traducción, mantenimiento de los servidores (The Overlap será multijugador online) y otros gastos.

Hasta el momento lleva invertidos entre 40 mil y 50 mil pesos (cantidad minúscula si se consideran los 200 mil dólares que requiere el desarrollo completo de I’m Not Jelly, otro videojuego indie mexicano), y para reunir los fondos faltantes optó por iniciar una campaña de Kickstarter.

En caso de no llegar a la meta, dice que inscribirá The Overlap a una incubadora, pues tiene la firme intención de que su creación vea la luz.