El mayor acierto de una empresa es comprender, analizar y estudiar los hábitos de consumo de sus clientes, saber qué es lo que el cliente demanda para poder así satisfacer sus necesidades. Quizás aquí está el gran acierto de la food tech.

La pandemia modificó las acciones de prácticamente todo el mundo y generó que el interés por la salud física y mental se elevará significativamente.

En México, uno de los cambios más notorios, de acuerdo con Atlantia Search, está relacionado con la alimentación. 

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De acuerdo con la firma, el hecho de quedarnos en casa abrió oportunidades de negocios para empresas de tecnología alimenticia como Heartbest Foods, Come Bien, Don’t Worry, 99 minutos, entre otras compañías de despertaron el interés de firmas como Bimbo, Pepsico o ABinBev, que capitalizaron a algunas de estas compañías.

Y es que el 74 por ciento de los clientes cambiaron su forma de comer. Además del interés por la alimentación, también se reforzó la preocupación de la sociedad por soluciones éticas, ambientalmente responsables y que fomenten el comercio justo y responsable.

Esto quiere decir que la industria no solo creció en ventas, sino también en segmentos para dar soluciones a lo que enfrentamos en la nueva normalidad.

Food tech a la alza

En el país se proyecta que existen 68 Food Tech, startups y scaleups, así como el 49 por ciento de estas compañías han accedido a financiamiento por alrededor de 271 millones de dólares en la última década, lo que permitió que 21 por ciento de este sector haya extendido su presencia en el extranjero, según un reporte de Endeavor.

Pero no solo se trata de México, este incremento en la tendencia Food Tech alcanza toda América Latina, ya que es una región que tiene la oportunidad de reinventar la forma en que se consumen los alimentos, empaques, transportación, logística, comercialización, lo que genera disrupción en cada eslabón.