Ahora que los videojuegos viven el mejor momento económico de toda su historia (son de las pocas industrias que tuvieron crecimiento durante la pandemia de COVID-19), seguramente surgen varias dudas en torno a su origen y propósito.

Es necesario resaltar que ya hemos abordado para qué sirven y a qué edad es recomendable comenzar a jugarlos, pero en caso de que eso no haya sido suficiente, ahora nos enfocaremos en responder la duda ¿Con qué fin se crearon los videojuegos?

Al observar que en la actualidad hay títulos que se ubican en un perfil enteramente educativo, es probable que algunas personas piensen que el fin de los videojuegos es ayudar en métodos de enseñanza.

De igual manera, si se observa que hay juegos que recrean lo más fielmente posible las experiencias de conducir un auto o volar un avión, es probable que algunas personas piensen que el fin de los videojuegos es ser simuladores.

Pero lo cierto es que los videojuegos no surgieron bajo una finalidad última entendida dentro de una perspectiva ontológica, pues sus antecedentes se remiten a innovar tecnológicamente, a darle a una persona la posibilidad de controlar lo que se veía en un display electrónico.

Iniciativas como Tennis for Two (1958) y Spacewar! (1962) son algunos ejemplos incipientes de lo que a la postre se convirtió en el videojuego en forma, luego de que se viera el potencial que estos desarrollos tenían para entretener a la gente y para hacer negocio de ello.

Fue a inicios de la década de los 70 que el potencial comenzó a rendir frutos. Computer Space, de 1971, no solo fue el primer videojuego de arcadias, sino también el primero disponible comercialmente.

Asimismo, Magnavox Odyssey de 1972 es considerada la primera consola de videojuegos de todos los tiempos.

El resto es historia y está ligada a entretenimiento y economía, y posteriormente a actividades más complejas.

Así que, los videojuegos no surgieron teniendo una finalidad última. Queda claro que en la actualidad son una poderosa industria que se mueve en atención a las capacidades de entretenimiento y a la consecuente circulación de capital.

Pero en un inicio más bien fueron innovaciones que, quizá, se desconocía hasta dónde llegarían.