En el 2010, cuando Oracle demandó por primera vez a Google por el uso de Java en el sistema operativo de Android, la discusión derivó ampliamente en si los APIs podían contenerse en los derechos de autor.

El problema es que si se pueden tener derechos de autor sobre estas bibliotecas, muchas empresas podrían empezar a demandar a otras por este particular, poniendo en tela de juicio toda la manera en que se hace el software actualmente.

El debate no ha podido ser resuelto en la Corte y de hecho, las implicaciones de un fallo contra Google son muy peligrosas para el futuro del software.

Por ello, Google ha pedido un «Writ of Certiorari«, que es una revisión que no es obligación legal, sino materia de sano arbitrio judicial, y solamente será otorgada cuando existan para ello razones especiales e importantes.  Google ya había hecho esta petición antes, cuando Obama era el presidente de los Estados Unidos, pero fue desestimada, mandando el caso de nuevo al circuito federal

Así pues, se tiene un escenario repetido. En el segundo juicio, de mayo del 2016, se determinó que el uso de Java en 37 APIs por parte de Google era correcto («fair use»). Pero en la apelación de marzo del 2018, en la Corte Federal de Apelaciones de Estados Unidos en Washington, las cosas cambiaron a favor de Oracle.

En enero, sin embargo, Google le pidió a la Suprema Corte reglamentar sobre el si es válido o no poner derechos de autor a los APIs. Pero la Corte se ha declarado incompetente, aparentemente, y ahora pide a la administración de Trump que ofrezca su visión sobre la petición de Google.

Por supuesto que todo esto es simplemente un problema de dinero. Oracle busca 8.8 mil millones de dólares, pero esto fue hace unos años. De hecho, Oracle dice ahora que Google ha hecho todo para que Oracle no pueda competir en el mercado de la telefonía móvil, lo cual -curiosamente- nunca dijo que le interesaba.

La realidad es que Oracle, quien compró a Sun Microsystems con todo lo que eso implica, entre esto ser el dueño de Java, quiere mucho dinero  porque no les parece que Google use sus APIs indiscriminadamente.

Pero de nuevo, el tema va mucho más allá. Si Oracle gana, el futuro del cómputo y del software en particular, podría ser muy complicado y empezarían a haber demandas y contrademandas por el uso del API más elemental.

Como Google indica: «Si Oracle gana, los desarrolladores no podrán usar lenguajes gratuitos y libres como Java para crear programas y como resultado, se minará la competencia y la innovación».

Vamos a ver qué pasa, pero en este mundo en donde todo está convulsionado, cualquier decisión podría ser dada por la administración de Trump. Ya veremos si deciden a expresar su punto de vista y terminar, para bien o para mal, con este asunto.