Hoy AMD anunció a través de su sitio web que algunos de sus procesadores Ryzen pueden experimentar fallas de rendimiento después de la actualización de Windows 11, misma que comenzó a desplegarse en todo el mundo desde el día de ayer. 

Según la compañía dirigida por Lisa Su, Windows 11 llega a presentar una latencia en la caché L3 hasta 3 veces mayor, lo que se traduce en una baja de rendimiento que puede ir entre un 3 y 5% en aplicaciones comunes, pero que en juegos utilizados para eSports este sea de entre el 10 y 15%.

Otra de los problemas que han encontrado los ingenieros de AMD y Windows tiene que ver con la tecnología propietaria del fabricante de chips que elige automáticamente el núcleo más rápido para realizar un proceso específico.

La razón por la que Xbox dice que Windows 11 es para jugar.

Los usuarios que podrían verse más afectados son aquellos con procesadores de más de 8 núcleos, pero no significa que son los únicos que podrían experimentar problemas.

La solución a este problema llegará a través de una actualización que se planea que esté lista para finales de octubre, mientras tanto los usuarios que ya actualizaron a Windows 11 y experimentaron este problema pueden hacer un downgrade a Windows 10. Lo más recomendable es no realizar la actualización hasta que la próxima actualización esté disponible.