El mundo moderno nos ha dotado de herramientas sorprendentes. Digamos que hace 10 o 15 años hubiese sido imposible siquiera imaginar que los teléfonos actuales pudiesen tener esta capacidad de cómputo tan espectacular que no sólo permiten hacer las labores propias del teléfono, sino que además hoy en día hay muchas aplicaciones que finalmente nos ahorran tiempo o bien, nos permiten pasar horas y horas jugando con el dispositivo. Hay una infinidad de juegos para el teléfono y desde luego, el ajedrez no es la excepción. Los programas que han sido portados a las plataformas de telefonía más populares son fantásticos y juegan muy, pero muy bien.

Por ejemplo, en iOS tenemos Deep Fritz, que juega tan fuerte como un gran maestro de primerísimo nivel, o Hiarcs, que es el programa que más me gusta por sus posibilidades y por lo bien escrito que está, incluyendo su interfaz gráfica. En Android hay DroidFish, que es la versión portada de Stockfish para PC, que se encuentra entre los 5 mejores programas de ajedrez en el mundo y un detalle significativo: es gratuito.

Así, estos programitas permiten ya a cualquier ajedrecista entrenarse con un rival extrafuerte, que no perdona el más mínimo error. Y ésa es su gran utilidad. Ahora podemos analizar con estos ingenios miniaturizados y hallar los errores en nuestras partidas de ajedrez, en la manera de pensar. Desafortunadamente, también pueden ser usados como una herramienta para intentar hacer trampa. Un búlgaro de apellido Ivanov, hace menos de un año, levantó las sospechas de su nivel de juego, pues de ser un jugador mediocre, de pronto empezó a ganarles a los grandes maestros en los torneos. Se sabe por la larguísima experiencia en torneos que estos brincos de nivel de fuerza son poco probables y realmente muy pocos jugadores en el mundo demuestran esta habilidad de brincar de un nivel mediocre a uno de gran maestro de la noche a la mañana. Vamos, ni siquiera los campeones del mundo han tenido semejante habilidad aunque desde luego, muchos de ellos demuestran un talento especial para el juego ciencia desde niños.

Ivanov en su momento fue investigado a petición de algunos de sus rivales que no creían que alguien pudiese jugar como él estaba jugando, venciendo a rivales que le llevaban 200 o 300 puntos de rating. Se le hizo quitarse la ropa pero cuando un oficial le pidió se quitase la camisa, éste se negó. Se le dijo que sería expulsado del torneo y prefirió eso a quitarse la camisa. En otro torneo un jugador notó en la espalda de Ivanov un cuadrado del tamaño de un teléfono celular. Tomó el aparato -camisa de Ivanov de por medio- y gritó que Ivanov traía algo sospechoso. Sin embargo, no le hicieron caso en ese momento, Ivanov se deshizo del acusador y salió de la sala del torneo. Después de eso parece que este búlgaro decidió abandonar los torneos porque se siente acosado, de acuerdo a sus palabras, cuando la realidad es que probablemente se había inventado un muy buen sistema para hacer trampa.

Aquí estaba escondido el teléfono celular

Pero la historia de Ivanov es ya vieja. Hoy nos enteramos que en el fuerte torneo abierto de Dubai, el GM georgiano, Nigalidze, fue sorprendido ayudándose de su teléfono celular utilizando un fuerte programa de ajedrez. El rival del georgiano era en ese momento Tigran Petrosian, homónimo del noveno campeón del mundo pero sin relación con él, empezó a sospechar de su contrario pues éste iba demasiadas veces al baño. En algún momento lo siguió y Nigalidze se metía siempre al mismo cubículo. Entonces Petrosian le dijo al juez de este extraño comportamiento. El árbitro del torneo eventualmente hallaría escondido detrás del basurero del cubículo del baño, un celular. Lo tomó y se lo llevó a la mesa en donde estaban los rivales jugando. El árbitro le preguntó a Nigalidze si era su teléfono. Éste lo negó, pero cuando lo encendieron hallaron que el teléfono era de dicho gran maestro. De acuerdo a las palabras de Petrosian, Nigalidze se puso de todos colores y no supo qué decir. Fue expulsado del torneo.

Ahora la Federación internacional de Ajedrez debe ver este nuevo caso de trampas en el ajedrez y tomar una decisión. La «legislación» del organismo indica que se le suspenderá 3 años al jugador que incurra en falta semejante, pero es claro que aquí el problema es mucho mayor: por una parte, estamos hablando de un gran maestro (GM), un jugador que para jugar a ese nivel tuvo que trabajar por algunos años en ajedrez. Tener el título de GM es equivalente a tener un título de doctorado, si se me permite la analogía. Y un GM sabe perfectamente las reglas del ajedrez competitivo y sabe que ayudarse de un programa informático es hacer trampa, y eso es inadmisible por muchas razones, entre las que destacan que  un GM es una celebridad en el mundo del ajedrez, es un modelo a seguir, es un personaje que merece nuestra admiración por el enorme esfuerzo que ha hecho para llegar a dicho título. No respetar el título, no tener ética en este sentido es deplorable. Es, para seguir con las analogías, parecido a cuando un médico no cumple con el juramento hipocrático y por ejemplo, quiere convencer a sus pacientes de que requieren una operación x porque eso le dará más dinero, aunque el enfermo no necesite semejante intervención. Es decepcionante y deja muy mal parado a un jugador titulado esa manera de actuar.

El teléfono de Nigalidze cn la posición exacta de la partida que se estaba desarrollando

Pero además, creo que a Nigalidze no le fue tan mal. Un jugador que hace trampa en un torneo como el mencionado, en donde hay al ganador unos 20 mil dólares, es un torneo con mucho dinero en total para todos los premios que se otorgan y el querer ganar un premio por medios ilícitos es equivalente a robar. Los organizadores del torneo de Dubai pudieron haberlo acusado de tentativa de robo. Nomás para empezar.

¿Qué hacer con este caso? En mi opinión la falta va más allá de querer hacer trampa. El GM no tiene ningún atenuante al respecto y sabe que hizo trampa. es indigno de un GM por lo que representa este título. Pienso que hay que quitarle el título (que es honorario) y expulsarlo definitivamente del ajedrez regulado oficialmente. Eso sí sería un castigo ejemplar y si a otro GM se le ocurre, o cualquier jugador, del nivel que sea, buscar hacer trampa, pues ya sabe lo que le puede pasar.

La FIDE ha puesto reglas por demás draconianas sobre si suena un teléfono celular a la mitad de una partida. Si eso pasa, el ajedrecista poseedor de dicho teléfono se le da la partida por perdida. Pensé siempre que esa regla era demasiado estricta pero ¿saben? ha eliminado potencialmente un sinfín de discusiones sobre este tema y ya los ajedrecistas lo saben. Entonces, ¿por qué la FIDE no pone ya orden en este sentido?

Referencias:

 

Chessbase