Microsoft es un gigante del cómputo y su influencia se hace notar incluso aunque no usemos sus productos directamente. La empresa, que ahora dirige Satya Nadella, parece haber encontrado un camino para presentar innovaciones no solo en la plataforma Windows, sino también en otros sistemas operativos.

Siempre  es interesante ver en dónde trabajan, entre tantas cosas que hacen, los desarrolladores de Windows. Encontramos que el campus de Microsoft es en realidad como una pequeña universidad, aunque la cantidad de edificios parece sobrepasar la centena.

Muchos edificios no tienen más de dos pisos y hasta donde pude saber, en el diseño original del campus, la idea de Bill Gates era hacerlo como si fuese una facultad.

Existe mucho orden en las instalaciones de Microsoft. No se permite tomar fotos ni video en algunas áreas, solamente cuando uno accede a ciertas instalaciones.

Algunos de los pocos edificios a los que pudimos entrar parecían claramente el equivalente al departamento de matemáticas o computación de la UNAM en la Facultad de Ciencias (que es realmente la comparación que puedo hacer).

No parece haber horarios, ni vestimenta específica, lo que da aún más la impresión de estar en una pequeña universidad. Tampoco vimos a muchos programadores/investigadores en sus cubículos temprano en la mañana, lo que me hace suponer que hay mucha libertad para trabajar aunque, desde luego, deben tener fechas de entrega y seguimiento por parte de los grupos de trabajo de la empresa.

Hay que decir que todo está extremadamente limpio. Hay una zona, por ejemplo, en donde hay tres «casas» de madera construidas en sendos árboles. Estas «casas» tienen un cuarto principal al que los programadores e investigadores pueden ir libremente para estar más cerca de la naturaleza y meditar sobre su trabajo y proyectos.

En otra zona hay un edificio en donde se dan demostraciones de lo que está trabajando Microsoft y tuvimos la oportunidad de ver un sistema con Hololens que se usa para entrenar a los médicos en ciertas áreas. Fue espectacular.

También nos mostraron cómo Rolls-Royce trabaja de la mano de Microsoft para lograr mejores motores para aviones, con muchos más sensores y márgenes de seguridad. Fue muy interesante ver todo el trabajo que se está haciendo y que está en producción. No son prototipos, sino sistemas en pleno uso comercial.

Desde luego, nos llevaron a comer a una zona llamada «commons» en donde hay de todo, desde una variedad de restaurantes hasta un banco, pasando por una tienda de productos de Microsoft e incluso una oficina de correos. Hay canchas de futbol inclusive.

¡Vamos, que Microsoft en Redmond es una universidad en muchos sentidos, pero en donde parece que siempre hay recursos!

Caminamos entre algunos edificios y llegamos al del desarrollo de Xbox en donde se inició la investigación de los HoloLens, tema que, hasta que se hizo público, nadie fuera del equipo de desarrollo sabía.

Fue una visita relativamente rápida y desde luego, nada exhaustiva. Sin embargo, me quedó claro que una empresa como Microsoft requiere de mucho trabajo, de mucha energía, del compromiso de mucha gente, para lograr los avances que logran.

Muchas veces no vemos nada de eso, pero hay que pensar que cada vez que encendemos nuestra computadora y carga Windows, estamos viendo la consecuencia de muchas personas que han puesto lo mejor para darnos su trabajo en software.