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La curiosa historia de la primera cámara Leica

Las cámaras y la oportunidad de hacer fotografías en cualquier lugar son hoy parte de nuestra cotidianidad. Lo cierto es que hace sólo algunas décadas...

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Las cámaras y la oportunidad de hacer fotografías en cualquier lugar son hoy parte de nuestra cotidianidad. Lo cierto es que hace sólo algunas décadas esto no era así y fue en gran medida un padecimiento crónico lo que cambió la historia de la fotografía.

El ingeniero alemán Oskar Barnack era un entusiasta de la fotografía y especialista en óptica. Barnack estaba muy interesado en realizar fotografía en exteriores y con frecuencia hacía esfuerzos por realizar excursiones en el campo para tratar de capturar algunas imágenes. Sin embargo, sufría de asma y se sofocaba en los recorridos porque las cámaras de principios del siglo pasado era muy grandes y pesadas.

Si no podía curar su asma, entonces Barnack idearía la forma de cargar con su cámara a donde fuese necesario y eso sólo sería posible si conseguía desarrollar un equipo más pequeño.

Primero trató de adaptar el formato que se utilizaba en el cine: 18 por 24 milímetros, pero con éste la calidad era muy pobre. Probó duplicando las medidas con un nuevo formato de 25 por 36 milímetro, un tamaño que permitiría ampliar las imágenes y obtener fotos mejor definidas.

Además de idear un nuevo formato, Barnack trabajó en un dispositivo capaz de emplear este nuevo tipo de película.

Una vez que construyó su primer prototipo lo mostró a un directivo de Zeiss, firma especializada en óptica que desestimó el avance.

Fue entonces cuando Barnack llevó su desarrollo a la firma Leitz Optische Werke, ahora Leica, donde continuó con el desarrollo de su invento y consiguió incorporar una óptica fija y un obturador de cortina dispuesto sobre el plano focal.

Finalmente, en 1923, Barnack y Ernst Leitz II, entonces dueño y director de Leitz, perfeccionaron las primeras versiones de este nuevo dispositivo y consiguieron fabricar 31 cámaras nuevas que llegaron en 1925 al mercado.

Así surgió la primera cámara Leica, la Leica I, un equipo fotográfico que revolucionó lo hasta entonces conocido: era portátil, liviana y en formato de 35 milímetros. Su éxito radicó en su ligereza, maniobrabilidad y velocidad de acción.

La cura definitiva para el asma sigue sin existir. Pero la fotografía cambió para siempre.

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Este legado de perseverancia, ingenio y diseño prevalece y acompaña los más recientes modelos de Leica. Su óptica ejemplar ha conseguido adaptarse a las necesidades fotográficas de nuestros días.

#OO

 

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