Cuando salieron al mercado hace casi una década, los smartwatches, se veían como una versión en espejo pero miniatura de la pantalla de un smartphone. 

Con el tiempo se les fueron añadiendo funciones, sensores y capacidades que les hicieron ganar independencia frente a los teléfonos, sobretodo enfocados en el cuidado de la salud, el monitoreo de actividad y los constantes recordatorios de las tareas que el calendario marca; sin embargo, un frente que no se ha explorado del todo en estas mini pantallas es la posibilidad de jugar o interactuar con ellas. 

Si bien este no es el único esfuerzo en cuanto a mini pantallas interactivas, el caso de Huawei, sí es uno de los más recientes. En el nuevo Watch 3, desarrollado por la tecnológica, algunas de las carátulas cuentan con juegos, como un Pinball, con los que la empresa dice estar explorando nuevas experiencias y nuevas formas en las que los desarrolladores puedan monetizar. 

“Ahora que tenemos la posibilidad de integrar un sistema operativo propio en un dispositivo tan pequeño queremos ver hasta dónde podemos llegar con estas interacciones. Sabemos que son mini juegos y que pueden resultar sólo como curiosidades en estos primeros ejercicios pero también queremos mostrarles a los desarrolladores que esas apps interactivas quizá pueda llevar a otras experiencias”, explicó Carlos Morales, director de comunicación de Huawei Latinoamérica a Unocero. 

De acuerdo con Allied Market Research, las apps en los relojes inteligentes, pueden convertirse hacia futuro en uno de los componentes de ingresos más prometedores para este ecosistema, en tanto, los relojes muestren independencia de los teléfonos y la ejecución de los sistemas operativos para estos gadgets vaya mejorando. 

Hasta ahora algunos juegos populares en este formato de pantallas son 2048, que funciona como un rompecabezas en la muñeca, Pong o Space Invaders Mini. 

Para Morales, este acercamiento a estas mini pantallas puede ser algo como lo que se hizo hace unos 8 años con el GPS en estos equipos y puede abrir la puerta a nuevas formas de interactuar.

“El GPS al inicio era solo un puntito azul pero la tecnología se puso al servicio de los desarrolladores para que experimentan y poco a poco se va desarrollando y habilita una economía digital”, dijo.