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Desde el Teclado: “Toooodos los juegos gratis…”

De repente se acercó Matukito y sin piedad me dijo “Papá, papá, ¿me hackeas mi iPod?” me agarró un poco desprevenido “¿Para qué?” “Es que...

Desde el Teclado: "Tooooodos los juegos gratis"
De repente se acercó Matukito y sin piedad me dijo “Papá, papá, ¿me hackeas mi iPod?” me agarró un poco desprevenido “¿Para qué?” “Es que un amigo del colegio tiene su iPod hackeado y tiene tooooodos los juegos gratis”.

El muchacho siempre ha tenido acceso a la tecnología. Ya se acostumbró a que su papá está cambiando constantemente de teléfono y de repente lleva a casa algunos de los gadgets que reseña. La gran mayoría no le causan asombro –me imagino que por su corta edad- incluso, hace poco que me prestaron un coche para conocerlo simplemente se subió y me dijo “¿Este cuánto tiempo lo tenemos?”.

Así las cosas, en su colegio muchos de sus compañeros tienen un iPod como instrumento de acceso a Internet y, por supuesto, a los juegos. La plática continuó “¿Tu amigo tiene tooooodos los juegos gratis?” “Sí papá, todos y además tiene diferente los íconos, está padrísimo”. Mmm, a ver, “¿Cómo qué juegos tiene?” “No sé papá, pero tiene toooodos y gratis, sin pagar”.

Como un padre digitalmente responsable le dije “Mmm, se me hace que no son juegos gratis, porque además eso estaría mal, pero dime uno o dos juegos que recuerdes”… lo puse a pensar, “bueno, no me acuerdo”.

Ya sabía yo por dónde iba el asunto “Ah, se me hace que lo que tiene el iPod de tu amigo es que está jailbreikeado” y, ya saben, siguió la explicación de lo que es el jailbreak para los dispositivos de Apple que usan el operativo iOS (básicamente iPhone, iPad y iPod). “Sí, sí, eso, ¿lo hackeamos?”.

Después de la explicación que eso no es necesariamente hackear, me acordé que tenía años de no usar el Jailbreak. “Conéctalo a la compu, baja la última versión del operativo y me avisas”. “Sí papá”. Después de unos minutos me gritó “Yaaa, ya tiene la última, ¿ya me lo hackeas?”.

Cuando compré el primer iPhone que salió al mercado en el 2007, para poder usarlo en México tuve que liberarlo –hacerle Jailbreak- y después desbloquearlo, así es que simplemente busqué la herramienta y le apliqué el famoso software que permite instalar programas, aplicaciones y demás parches “no autorizados” por Apple.

Esa firma se ha caracterizado por mantener un estricto control en lo que “se puede y no se puede” instalar en sus dispositivos, gracias a que los programadores tienen que esperar la autorización para poder regalar o vender sus creaciones en la famosa tienda de aplicaciones. Es por eso que, a diferencia de Android, no encontramos nada para adultos ni pornografía en sus territorios, por ejemplo.

Así es que ya encarrerados, finalmente instalé Cydia que es la puerta de acceso a todo lo que se puede usar de forma no oficial y funciona como una App Store alterna. “Ya quedó, aquí tienes tu iPod hackeado”. “Ah, qué bien, ¿y ahora qué hago?”

Esa es la gran pregunta que se hacen la mayoría de usuarios de estos equipos que aplican el jailbreak. En realidad existen cientos de programas, parches, modificaciones, “temas”, tipos de letra y más que se pueden cambiar pero eso es básicamente todo. Hay, por supuesto, asuntos más exóticos que tienen que ver mucho con la programación y llegan a niveles técnicos más sofisticados –que ni yo les entiendo- pero me imagino que para el 95% de los usuarios, el asunto de liberar su dispositivo no representa una gran ventaja.

Por supuesto que por ese método no se pueden conseguir “tooooodos los juegos gratis”, de hecho, ninguno oficialmente, pero bueno, si alguien quiere hacerle el jailbreak simplemente hay que buscar una herramienta como “Absinthe” en la red y en unos cuantos minutos lo tendrán listo.

Todo funcionará más o menos igual, pero si no se tiene cuidado, se podrán bajar aplicaciones y “temas” que modifican sustancialmente la operación para encontrar situaciones como la siguiente: “Papá, ahora no veo nada, mira, los íconos están como transparentes, ohhh, ¿cómo lo regreso?”.

Y es que una de las “ventajas” de que Apple controle las aplicaciones es que no autorizan las que le puede ocasionar problemas a los usuarios.

¿Vale la pena hacer el famoso Jailbreak? Aquí lo interesante es que probar no cuesta nada, más que un poco de tiempo. Con el debido respaldo de información, puede aventurarse, instalar y probar. Si no le gusta o simplemente no funcionó, se puede restaurar desde cero el equipo y quedará como estaba antes. Cuestión de seguir unos pasos descritos en decenas de videos en YouTube con las instrucciones.

Un detalle, si lo que busca es desbloquear un iPhone para usarlo con otra compañía celular (hacer el unlock), entonces el primer paso es hacer el Jailbreak, ya que desde ahí se modifica para poder liberar el equipo. Entonces, ¿hackeamos o no?

 

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