Una nueva investigación de una de las rocas traída por el Apolo 17 a la Tierra, ha revelado evidencia de una fase mineral que solamente puede formarse por encima de los 2300 grados centígrados.

Estas temperaturas tan altas solamente pueden lograrse en eventos por demás espectaculares como el impacto de un gran meteorito. De ser así, el evento habría ocurrido hace unos 4.33 mil millones de años en la superficie de la Luna.

El estudio abre además la puerta para el análisis de muchas rocas complejas que se pudieron crear cuando ocurrió este fenómeno destructivo.

La Luna siempre en investigación

El trabajo, publicado en Nature Astronomy, revela el tipo de eventos destructivos más frecuentes, asociados con la extinción de los dinosaurios o incluso con la desaparición del hombre en el planeta, como lo presentan normalmente los filmes de desastres naturales.

Pero este tipo de eventos pudo haber ocurrido en nuestro satélite natural. El grupo de científicos de diversas naciones, del Museo Real de Ontario, ha descubierto que la formación de antiguas rocas de la Luna podrían estar directamente ligadas a impactos de grandes meteoritos.

La realidad es que las muestras lunares del Apolo 17 se siguen estudiando y los geólogos, que buscan conocer las razones por las cuales la corteza de la Luna es así, han hallado evidencia suficiente, como los detectives de un crimen, para sostener que la mineralogía hallada se formó a increíbles altas temperaturas (que exceden los 2300 grados centígrados).

Por ende, esto solamente pudo lograr que las capas exteriores de la Luna se derritieran debido al gran calor generado en un impacto de un enorme meteorito.

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Lo que se encontró en las rocas lunares

Los investigadores descubrieron la presencia de zirconia cúbico, una fase mineral que se usa frecuentemente como sustituto de los diamantes en la joyería.

La fase podría solamente formar rocas calentadas por encima de los 2300 grados centígrados y se entiende que finalmente revertió en una fase más estable, lo cual es un mineral conocido como baddeleyita. Este cristal contiene evidencia clara de una estructura creadas a altas temperaturas.

Los investigadores también midieron la edad del grano en la estructura del cristal., que revela que la baddeleyita se formó hace más de 4.3 mil millones de años.

Pero esto lleva a la inevitable conclusión de que la zirconia cúbica debe haberse formado aún antes de ese tiempo, sugiriendo que grandes impactos fueron importantes para formar nuevas rocas en la Luna primigenia.

Fuente: NASA

Los análisis es de las rocas lunares que llevan ya unos 50 años en la Tierra, y los científicos se siguen preguntando cómo es que se formaron estas rocas.

Incluso hoy día hay preguntas sin respuesta, por ejemplo: ¿Cómo es que las capas exterior e interior se mezclaron después de que se formó la Luna?

La nueva investigación podría dar luz a esto, sugiriendo que grades impactos en nuestro satélite natural, hace ya tantos miles de millones de años, podrían haber logrado esta mezcla, produciendo un complejo catálogo de rocas que se ven en la superficie de la Luna en la actualidad.

El Dr. Lee White, indica:

«Las rocas en la Tierra se reciclan constantemente, pero en la Luna, que no hay tectónica de placas o vulcanismo, las viejas rocas se mantienen prácticamente sin cambios».

Y agrega: «Estudiando la Luna, podemos entender mejor la historia temprana de nuestro planeta Si grandes meteoritos súpercalientes chocaron con la Luna, creando rocas en nuestro satélite, parece evidente pensar que el mismo proceso ocurrió probablemente en la Tierra también».

Por su parte, la Dra Ana Cernok, co-autora del estudio, comentó:

«Al ver por primera vez estas rocas, me sorprendí de qué tan diferentes se ven estos minerales comparados con otras muestras del Apolo 17».

Y agrega: «A pesar de se más pequeñas que un milímetro, los granos de baddeleyita llamaron nuestra atención pues fueron los más grandes que se hubiesen visto en las muestras traídas por la misión Apolo 17. Estos pequeños granos tienen la evidencia de la formación a base de impactos de meteoritos de cientos de kilómetros de diámetro. Esto es muy significativo porque no tenemos evidencia de estos impactos en la Tierra».

Po último, el Dr. James Darling, otro de los co-autores del estudio, dijo que los hallazgos cambian completamente el entendimiento de los científicos de las muestras recolectadas por las misiones Apolo y en efecto, la geología de la Luna.

«Estas colisiones inimaginablemente violentas ayudaron a a construir la corteza lunar y no solamente a destruirla», concluyó.