El estudio del universo en el que vivimos nos ha llevado a la pregunta: ¿qué tan antiguo es el mismo? Los astrofísicos han debatido esto durante décadas. En los últimos años, sin embargo, nuevas mediciones parecen sugerir que el universo podría ser cientos de millones de años más joven de lo que se estaba anteriormente, es decir, tener una existencia de unos 13.8 mil millones de años.

Las nuevas observaciones

En una nueva investigación publicada como una serie de artículos, realizada por un equipo internacional de astrofísicos, incluyendo la doctora Neelima Sehgal, de la Universidad Stony Brook, se sugiere que el universo tiene unos 13.8 mil millones de años, a partir de las observaciones del telecopio Atacama de Chile (ACT), cuyas mediciones concuerdan con los datos del satélite Planck sobre la información de la luz más antigua que nos llega a la Tierra.

Dra. Neelima Sehgal

El equipo de investigación de ACT es una colaboración de científicos que están en 41 instituciones académicas en siete países. El equipo de Stony Brook, del departamento de física y astronom{ía en el Colegio de Artes y Ciencias, liderado por Sehgal, juega un rol esencial en analizar la llamada radiación de fondo (descubierta por Arno Penzias), que se especula, fue la radiación que surgió después del Big Bang.

«En Stony Brook estamos restaurando la «foto inicial» del universo en su condición original, eliminado el paso del tiempo y el espacio en la imagen que tenemos ahora, que está distorsionada», explica Sehgal, un co-autor del artículo.

«Solamente viendo esta foto con más precisión, podemos entender cómo nació nuestro universo», indica.

Así, obteniendo la mejor imagen del universo naciente, podremos entender mejor el origen del universo, las galaxias y hasta parte de la historia de nuestro sistema solar, además de poder ver hacia donde vamos y cómo terminará el universo y cuando ocurrirá este final.

Midiendo la luz más antigua del universo

El equipo de ACT estima la edad del universo a partir de la medida de la luz más antigua que nos llega. Otros científicos toman medidas de las galaxias para medir la edad del universo.

En este nuevo estimado, el cual es el que da el modelo estándar del universo, se coincide con los datos arrojados por el satélite Planck. Y esto da un giro fresco al debate en la comunidad de astrofísicos, indica Simone Aiola, primera autora de unos de los artículos sobre los hallazgos, los cuales se publicaron aquí.

«Hemos llegando a una respuesta en donde Planck y ACT están de acuerdo», dice Aiola, una investigadora del Instituto Flatiron, en el Centro de Astrofísica Computacional en Nueva York.

«Esto habla sobre el tema de que estas complicadas mediciones son confiables».

En el 2019, un equipo de investigadores midieron el movimiento de las galaxias, calculando que el universo es cientos de millones de años más joven de lo que el equipo de Planck predecía.

Esta discrepancia sugirió la necesidad de un nuevo modelo para el universo en donde los datos anteriores pudiesen estar equivocados.

¿Qué nos dicen estos datos?

La edad del universo nos puede ayudar qué tan rápido se está expandiendo el cosmos, lo que se mide con un número que se llama constante de Hubble. Las medidas de ACT sugieren que es una constante de alrededor de 67.6 kms por segundo por megaparsec.

Esto significa que un objeto de un megaparsec (de unos 3.26 millones de años luz), desde la Tierra, se está moviendo lejos de nosotros a unos 67.6 km/seg, debido a la expansión del universo.

Este resultado concuerda casi exactamente con el estimado previo de 67.4 kms/seg por megaparsec por el equipo del satélite Planck, pero es más lento por unos 74 kms por segundo por megaparsec inferido de las mediciones de las galaxias.

«No teníamos ninguna preferencia para ningún valor en específico, por lo que sería interesante de una forma u otra», comenta Steve Chioi, de la Universidad de Cornell, primer autor de otro de los artículos sobre el tema.

«Encontramos que la razón de expansión es correcta con respecto a lo estimado por el satélite Planck. Esto nos da más confianza sobre las mediciones de la luz más antigua del universo». En la medida de que se sigan haciendo observaciones con ACT, los astrónomos podrán tener una imagen mucho más clara de la edad del universo y del cómo empezó.