Si tomas los videojuegos no como un simple pasatiempo, sino como un área del conocimiento de la que te gusta estar al día en noticias, lanzamientos y terminología, es probable que ya se te haya atravesado el concepto “boomer shooter”.

Si aún no sabes a qué se refiere ese término, aquí estamos nosotros para ayudarte, pero para llegar a la respuesta es necesario repasar rápidamente algunas situaciones relacionadas con el género first-person shooter (FPS).

Al pensar en juegos FPS, es muy probable que las generaciones más jóvenes se remitan a cualquier entrega contemporánea de Call of Duty o a títulos como VALORANT y Apex Legends, mientras que quienes llevan más años jugando videojuegos es casi seguro que piensen en DOOM, Quake, Wolfenstein, Duke Nukem 3D, Hexen, Blood, Turok y otros más que vieron la luz en los ya lejanos 90.

Partiendo de esta doble noción del FPS, es necesario acotar que cuando el original Halo llegó al mercado (2001) el modelo de disparador en primera persona ya era variado y no se parecía a lo que propusieron en su momento DOOM y Quake, es decir, atrás quedaron los denominados DOOM clones”.

Incluso el mismo DOOM cambió, de manera que DOOM 3 fue una propuesta pausada y más cercana al horror sci-fi que a la acción desbordada de los dos primeros títulos.

El auge de Halo, Call of Duty y Battlefield, así como la popularidad del juego en línea en consolas, contribuyeron al robustecimiento de la idea de que los FPS eran experiencias épicas y cinematográficas que contaban grandes historias y en las que ya no había espacio para armas desquiciadas como en los 90.

Pero hizo falta que el mismo DOOM regresara en 2016 para demostrar que aún había interés en los FPS a la vieja escuela, o sea, con ritmos frenéticos en niveles laberínticos y en los que se dispara primero sin hacer preguntas después.

A partir de este nuevo interés por el modelo viejo, firmas indie como New Blood apostaron por lanzar títulos que no solo evocaran ese sabor, sino también toda la estética noventera del FPS.

En 2018 Dusk inició la tendencia: first-person shooters que bien pudieron pertenecer a los 90, pues su apariencia es idéntica a la de Quake e incluso se allegan de bandas sonoras duras como las de las creaciones noventeras de id Software.

A Dusk le siguieron otros como Amid Evil, Ultrakill y Ion Fury… y la comunidad los apodó “boomer shooters”.

Así que la próxima vez que escuches o leas el término “boomer shooter” ten la certeza de que se refiere a first-person shooters nuevos, pero de estética y sonido retro, hechos para mejor goce del público veterano que desde los 90 está liquidando a hordas de monstruos a ritmos frenéticos (y sin esperar a que la vida se le regenere por hacer nada).