Para muchas personas la palabra indie es sinónimo de juegos poco atractivos o que no valen tanto la pena, pero en esta ocasión les hablaremos de un título que rompe con estos estereotipos. Eso sí, no es un juego para cualquier persona, pero si ustedes son jugadores hardcore y están en busca de verdaderos retos van a disfrutar esta entrega de inicio a fin.

Su nombre es HyperParasite y pondrá a prueba todas sus habilidades como videojugadores.

La historia principal es muy simple. Nos ponemos al mando de un parásito del espacio exterior que llegó a la Tierra para acabar con toda la raza humana, pero los terrestres se van a dar por vencidos tan rápido.

El primer reto que se encontrarán es el manejo con precisión de los controles, ya que atacar y moverse al mismo tiempo es un requisito primordial que debes dominar y ejecutar rápido o de lo contrario terminarán frustrados a lo largo de cada piso y cada dungeon.

En parásito es muy vulnerable a los ataques de los enemigo y su repertorio de acciones es muy escaso, pues solo se limitan a moverse, a hacer un ataque y a esquivar. Pero aquí es donde entra a la ecuación su habilidad más importante: Tomar el cuerpo de los contrincantes para hacerse de todas sus habilidades, mañas y armamento.

Los calabozos del juego se van generando aleatoriamente -como en un roguelike- y es complicado predecir qué va a tocar sala con sala, así que deben hacer su mejor esfuerzo posible en cada acto.

El parásito se adapta a los puntos de vida del huésped, adopta sus movimientos y usa sus ataques y de esta manera, por ejemplo, podrán manejar a un policía que tiene ataques a distancia, o a un vagabundo que puede aventar su carrito de supermercado.

Cada piso cuenta con áreas que conviene encontrar rápido, como las tiendas -en donde se puede gastar el dinero que se obtiene explorando y derrotando enemigos- y las salas de cápsulas de criogenia, en donde se depositan los cerebros de los enemigos caídos y se hace gasto de efectivo para desbloquear nuevo adversarios para poseer.

En cada piso, además, existen jefes que los harán sufrir si no van prevenidos. Sus ataques son más poderosos y extensos, y se curan constantemente, así que lo recomendable es que usen todo lo que tienen en su entorno, como botes de gasolina inflamables, para derrotarlos,

Ojo, en cada piso también pueden encontrar mejoras de salud, defensa o ataque, así que presten atención y decidan en dónde necesitan optimizarse.

A lo largo del juego podrán coleccionar hasta 60 personajes distintos con habilidades diferentes, pero en cualquier momento el parásito podrá volver a su forma original para poseer más cuerpos como le venga en gana y, sobre todo, como más le convenga. ¿Qué quiere decir esto? Que si están a punto de morir, solo basta con buscar otro huésped para evitar la muerte.

Jugamos el acceso anticipado en Steam y usamos un control de PlayStation 4, y bajo este entendido para mover el personaje se utiliza el stick izquierdo, para perfilar los ataques el stick contrario, y para disparar o hacer la acción de ataque R2, y aquí queremos anotar que quienes estén acostumbrados a propuestas similares, como The Binding of Isaac, tendrán que asimilar que aquí no basta con perfilar el ataque para disparar, pues es necesario apretar un botón.

La ambientación en cada uno de los pisos es excelente y va ad-hoc al tema ochentero futurista. Acerca del apartado gráfico no hay mucho que mencionar, ya que en realidad el juego no es exigente, pero sí es necesario apuntar que la vista puede cansarse por la saturación de colores chillones durante las batallas, así que no digan que no les advertimos.

Sobre el apartado sonoro no hay grandes hazañas, y aunque su diseño encaja muy bien con el ritmo acelerado del juego, no tardarán mucho en sentir que es un loop molesto e interminable.

Como conclusión sobre el acceso anticipado que jugamos, HyperParasite es un título con detalles a mejorar, pero es una apuesta indie que sin lugar a dudas recomendamos, sobre todo a aquellos gamers hardcore de la vieja escuela, pues su reto se traduce en muchas horas de diversión y frustración.

*Con información de Antonio «El muppet» Villanueva.