El machismo y la homofobia en el mundo del gaming son dos problemas de discriminación que durante mucho tiempo han sido ignorados. A partir de la controversia del #GamerGate y el acoso a diversas personalidades de la industria como Zoe Quinn, se le ha prestado más atención al problema, pero la verdad es que aún falta un largo camino por recorrer, ya que la información, opiniones y datos sobre el tema son limitados.

El anonimato físico o la distancia que ofrecen los videojuegos hace más fácil la expresión del machismo y homofobia. Eso, claro, no significa que los videojuegos sean la causa de ese tipo de discriminación hacia las mujeres y la comunidad queer/LGBT. Después de leer artículos con diferentes puntos de vista, y de entrevistar tanto a gamers como a personajes de la industria, pude notar que más que tratarse de un problema que se hace más fuerte con la distancia física, es un issue mucho más complejo que a veces, surge a partir de la competencia.

Esto no valida el hecho de que suceda. Además, el machismo y la homofobia son tipos de discriminación que antes que nada, surgen en el mundo físico y que culturalmente, vienen impresos y repetidos desde hace siglos. Hay que tomar en cuenta que si esto es un problema en el mundo digital del gaming, es un problema mucho mayor fuera de él.

La discriminación hacia las mujeres en el Gaming

El machismo y la homofobia en el gaming se expresan de diversas maneras. A veces es en la forma de comentarios bienintencionados pero aún así ofensivos como “¿y de verdad te gustan los videojuegos?” o bien, en comentarios más densos como “la cagaste lesbiana de mierda” (todo mal escrito y sin signos de puntuación, cabe aclarar). Y antes que nada, hay que tener en cuenta que según un texto de BBVA Innovation, no hay un género realmente dominante en cuanto a número de gamers: el 58% son hombres y el otro 42% son mujeres.

Daniela Mateos, gamer y fan de los videojuegos, me contó que en su experiencia, las mujeres que son discriminadas en el gaming prefieren quedarse calladas para no tener que “soportar las nefasteadas de los geek boys”. Ella comenta que incluso entre mujeres hay un “desdén por aquello que no es geek boy” en el sentido que ha escuchado a mujeres decir “yo no soy una falsa, no me maquillo” o “yo no beso mi control porque eso es de posers”. Bajo este esquema, los elementos femeninos no caben dentro de un mundo de “gaming verdadero o true”, pues lo dominante y cool es aquello que es masculino. A la mujer que se “arregla” o sube fotos sexy, se le considera simplemente como eso, un objeto de deseo que seguro no sabe de videojuegos en realidad pero no importa porque “está bien buena”.

Lo que me comentó Paola del Castillo complementa perfecto este concepto. Paola, que se dedica al periodismo de entretenimiento enfocado a la cultura geek, es una chica guapa y femenina bajo estándares del mundo gamer. Uno pensaría que Paola lleva las de ganar porque es guapa y sabe de lo que habla, pero el caso es que ella, y las mujeres en general, no están exentas de la discriminación.

“En lo personal, más de una vez me he enfrentado a la pregunta “¿Y de verdad sí te gustan los videojuegos?”, pregunta que yo siempre completo en mi mente con un “… o nada más pretendes que sí”.

Podrá sonar como una pregunta inocente, pero en lo personal me parece muy descortés que alguien cuestione tus gustos y la autenticidad de tu trabajo únicamente por tu género.”

Ella dice que constantemente se cuestionan las habilidades de las mujeres frente a un control, como si fueran menos capaces que los hombres.

Joey, otro de mis entrevistados y un gamer hardcore, me contó sobre su experiencia jugando como “mujer”. “He fingido ser chava en juegos para probar. Con razón la mayoria de las chavas gamer no lo anuncian. Me llegaron mensajes personales pidiendo nudes. Otros me mandaron death threats (A girl beat me?! I’m going to send a death threat).

Recientemente hubo todo un conflicto relacionado a la discriminación de la mujer: el infame #GamerGate que afectó a montones de mujeres como Zoe Quinn, Felicia Day y Anita Sarkeesian.

Sarkeesian, bloguera y crítica de videojuegos feminista, es un gran ejemplo de cómo el machismo resulta tóxico para el gaming.

Cuando inició una campaña en Kickstarter para armar un proyecto, la acosaron y hasta la amenazaron de muerte. Zoe Quinn es otro ejemplo; por mostrar la discriminación que existe y por su visión feminista, que muchos denominan como “feminazi” sólo por sentirse amenazados, Zoe recibió amenazas de muerte y hasta se vio degradada a un objeto sexual de los hombres en fanfics creados y publicados en Internet por sus acosadores. El otro ejemplo es lo sucedido con Felicia Day, actriz y gamer que también fue afectada por el #GamerGate porque sus datos personales fueron publicados después de que publicara un texto en contra de #GamerGate y la discriminación hacia las gamers.

El machismo en el gaming no sólo viene de los gamers, se hace presente en los mismos videojuegos. Paola divide los papeles principales que toma la mujer en tres: “la dama en apuros, la compañera sexy y la decoración de fondo”.

Esto es completamente cierto; están las chicas accesorio de Grand Theft Auto, y están las protagonistas independientes y poderosas como Commander Shepard de Mass Effect. ¿El problema? Las “accesorio”.

Aunque la discriminación poco a poco es menor, debe hacerse un esfuerzo mucho mayor para erradicar la homofobia –que se muestra de formas más discretas– y el machismo –que se nota muy claramente–.