Ralph Baer es considerado el padre de los videojuegos y ahora en Manchester, New Hampshire, se va a develar una estatua en su honor en una plaza que llevará su nombre, con la leyenda «El padre de los videojuegos».

Baer tuvo la idea de una consola para videojuegos desde 1951. Con el tiempo esto se logró y permitió que cualquiera jugara frente a una televisión analógica, de esas que hoy prácticamente han desaparecido. Esto permitió finalmente la comercialización de juegos interactivos. Baer, «fellow de la IEEE» (una institución académica dedicada a la ingeniería), murió en el 2014, a la edad de 92 años.

BAE Systems, la compañía sucesora de su ex-empleador, decidió crear una plaza con una estatua «en tributo a un hombre que pudo mantener una compañía saludable, sin importar lo imposible de esta tarea».

Baer fue el creador de una idea curiosa pero que tuvo mucha aceptación en su momento: se trataba de colocar unas pantallas de acetatos sobre el televisor, para dibujar el escenario en donde el jugador participaría en el videojuego. Usaba ya controles, aunque estos eran muy rudimentarios frente a lo que vemos hoy día. los jugadores podían jugar tenis de mesa, damas inglesas, asi como cuatro diferentes deportes, incluyendo golf y tiro al blanco.

Baer fue galardonado muchas veces por la IEEE. Por ejemplo, le dieron un premio por su primera consola de videojuegos en el 2015, la que fue un parteaguas en esta industria. Baer dijo en su momento que la idea de la consola se le ocurrió cuando trabajaba para la empresa Loral Corp., una compañía de electrónica militar en la ciudad de Nueva York. Curiosamente la compañía no vio esta idea con buenos ojos.

Entonces, en 1966, mientras estaba sentado en una terminal de autobuses, saco papel y lápiz y dibujó los detalles de lo que llamo «la caja de juegos». Un jefe, intrigado por la idea, le dio 2500 dólares para materiales y a dos ingenieros para que trabajaran sobre el proyecto. Este se volvió una obsesión para los tres hombres, quienes construyeron prototipo tras prototipo en un almacén casi secreto.

En 1968, Sanders licenció el sistema a un fabricante de televisiones, Magnavox, quien en 1972 ofreció la primera consola de videojugeos que se llamo «Odissey», la cual costaba en ese entonces 100 dólares. Se vendieron unas 130 mil consolas el primer año en los Estados Unidos. Baer obtuvo en ese entonces la primera patente (1971) para un dispositivo para poder jugar en la television.

Aparte de este invento, Baer también inventó tarjetas de felicitación que al abrirlas reproducían un mensaje musical. También inventó el juego electrónico de Simon, que trata de ir recordando secuencias de colores que el dispositivo muestra y que el usuario debe intentar repetir en el mismo orden. Cabe decir que su consola de videojuegos también se usó en el campo del entrenamiento militar.

En el 2008 Baer donó sus unidades de prueba de los videojuegos, modelos de producción, notas, planos electrónicos, etcétera, al Museo Nacional Smithsoniano de la Historia Americana. Toda esta documentación se encuentra en el centro de archivos del museo. También se reporta que su hijo luchó porque su padre fuese galardonado con el status de fellow de la IEEE. En el 2014 se le entregó al hijo (pues su padre estaba muy enfermo), la medalla Edison, que es el premio a las contribuciones pioneras y fundamentales, en este caso en los videojuegos y en las industrias de contenidos multimedia interactivas.