Hace algunos días salió a la luz la propuesta de la Unión Europea en la que buscaban que los fabricantes permitieran cambiar las baterías de los teléfonos como se hacía antes, esto para beneficiar a los usuarios y también para disminuir la basura electrónica en el planeta. Sin embargo, hoy se ha hablado con más detalle al respecto, en donde se ha mencionado que la UE busca acabar con uno de los grandes problemas tecnológicos como es la obsolescencia programada.

La UE menciona que el 80% del impacto medioambiental de los smartphones tiene que ver con el diseño de los teléfonos, pues actualmente parece más fácil para un usuario cambiar de teléfono que cambiar únicamente la batería, lo que lleva a generar más basura de la que deberíamos.

Por esta razón han propuesto varias medidas para combatir la obsolescencia programada, las más sobresalientes son las siguientes:

  1. Mejorar el diseño de los productos tecnológicos.
  2. Usar más materiales reciclados.
  3. Contrarrestar la obsolescencia prematura.
  4. Recompensar a los productos con base en su

    sustentabilidad.

Los fabricantes Android tendrían que cambiar

El proyecto es muy claro respecto a su postura sobre la obsolescencia programada y como los fabricantes son responsables de que hoy en día los usuarios tengan que cambiar de teléfono cada 1 o 2 años.

El punto más importante que habla sobre mejorar el diseño de los productos explica que se busca lograr que los fabricantes permitan que los teléfonos y otros productos tecnológicos sean mucho más sencillos de reparar para los usuarios.

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Esto significa que las baterías extraíbles deberían regresar, y el diseño interno también tendría que ser diferente para que cada persona pueda llevar su teléfono a reparar y pues recibir la pieza o componente que necesita, en lugar de recibir la noticia de que su teléfono es irreparable solo porque un componente no funciona, generando basura electrónica y desperdiciando otros componentes.

La UE busca acabar con un problema que Google nunca pudo controlar

La parte más importante de todo este proyecto tiene que ver con la obsolescencia programada, y como el software influye en la decisión de los usuarios para cambiar rápidamente de dispositivo.

En el caso de Android sabemos que la política de actualizaciones deja mucho que desear en comparación con lo que vemos en iOS, pues mientras que un iPhone tiene un promedio de actualizaciones de 5 años, en Android solo los Pixel de Google llegan a tener hasta 3 años de actualizaciones, mientras que fabricantes como Samsung ofrecen hasta 4 años de actualizaciones (pero de seguridad) a sus equipos de gama alta.

Los mitos más comunes de Android

Esto hace que muchos teléfonos dejen de recibir soporte de software a pesar de que su hardware todavía es capaz de soportar las nuevas funciones, sin embargo, muchos fabricantes dejan de dar soporte para “obligar” a los usuarios a cambiar de dispositivo.

Si la UE logra que los teléfonos sean más sencillos de reparar, que se puedan reparar sin problema en distintos lugares, y que los fabricantes estén obligados a extender por varios años el soporte de software a los equipos Android, entonces la UE podría lograr lo que Google dejó que se convirtiera en un problema casi irreparable.

Esta propuesta todavía está sobre la mesa, y pasará algo de tiempo antes de que podamos ver si terminará siendo una ley que obligue a los fabricantes en Europa a cambiar.