Cuando Warner Bros. se precipitó lanzando un forzado universo compartido con Batman vs Superman, Escuadrón suicida y Liga de la justicia, la crítica especializada fue fulminante y la recaudación en taquilla se quedó por debajo de las expectativas, lo que orilló al estudio a replantear su estrategia con las propiedades de DC Comics.

Como resultado de ese replanteamiento, Warner se enfocó en filmes en solitario ubicados dentro del mismo DC Extended Universe y el resultado fueron trabajos más redondos, como Mujer Maravilla y Aquaman, que después se vieron alcanzados por Joker, una película que existe al margen de cualquier saga fílmica y que se colocó en temporada de premiaciones. En otras palabras, parecía que el estudio había aprendido la lección y que ya no caería en los mismos errores.

Pero al ver Aves de presa (y la fantabulosa emancipación de una Harley Quinn) queda claro que las decisiones apresuradas y la falta de enfoque sigue rigiendo en Warner cuando se trata de películas relacionadas directamente con Batman vs Superman y Escuadrón suicida.

Harley Quinn (Margot Robbie) ha decidido dejar al Joker y cuando el mundo criminal y las fuerzas del orden se enteran, comienzan a perseguirla para saldar cuentas.

Mientras tanto, una detective harta del sistema policíaco de Gótica, una ladrona huérfana, una vigilante habilidosa con la ballesta y una misteriosa mujer que trabaja para el hampa, verán conectadas sus historias en un sinsentido narrativo que tiene a Quinn como punto en común.

Con Aves de presa, es fácil concluir que Warner quiso que la película tuviera un enfoque de acción con clasificación para adultos, en el que el humor fuera la constante y el personaje principal rompiera la cuarta pared y le hablara al público. En otras palabras, tener su propia Deadpool.

Pero a diferencia de las cintas que protagoniza Ryan Reynolds, Aves de presa no tiene ni el más mínimo atisbo de humor eficaz y desde sus primeros minutos se convierte en un trabajo de pena ajena que invita a retirar los ojos de la pantalla, como si se estuviera ante un comediante que cree ser chistoso cuando en realidad solo es embarazoso, y del que solo se espera con ansias el momento en que se retire del escenario.

Es alarmante la manera en que talentos como Robbie, Ewan McGregor y Mary Elizabeth Winstead son desperdiciados por un guion -cortesía de Christina Hodson, autora de esa infumable telenovela hecha película llamada Mío o de nadie– infértil para la comedia que a esta cinta tanto le urge ser.

Y alarmante también es que ni siquiera con sus secuencias de acción la película es capaz de defenderse, pues solo son montajes caóticos que reflejan la impericia de la directora Cathy Yan y cuán tarde era cuando la producción contrató a Chad Stahelski (director de las dos últimas entregas de John Wick) para que intentara corregir lo incorregible.

Si un aspecto positivo ha de tener Aves de presa es que presume clasificación para adultos, lo que le da carta abierta para allegarse de lenguaje altisonante y violencia, aspecto que le muestra a los artífices del cine de superhéroes que hay un público que también debe atenderse y que se mantiene al margen de los productos familiares.

Pero en conjunto, Aves de presa es un retroceso para Warner Bros., es otro testimonio de que la falta de enfoque arruina a los personajes de DC Comics, y es un viaje sin escalas a 2016, ese año en el que el estudio osó entregarle al mundo no una, sino dos de las peores películas de superhéroes de todos los tiempos: Batman vs Superman y Escuadrón suicida.

Calificación: 4.0/10
Aves de presa (y la fantabulosa emancipación de una Harley Quinn) – Birds of Prey (and the Fantabulous Emancipation of One Harley Quinn)
Año: 2019
País: Estados Unidos
Dirección: Cathy Yan
Guion: Christina Hodson
Elenco: Margot Robbie, Mary Elizabeth Winstead, Jurnee Smollett-Bell, Rosie Perez, Chris Messina, Ella Jay Basco, Ali Wong y Ewan McGregor