Si eres usuario de prepago o recargas de celular tal vez hayas notado que entre 2019 y 2020 los días de vigencia de ese saldo cambió y ahora dura menos, sobre todo en recargas de 200 pesos hacia arriba. 

Entre 2019 y 2020, una recarga de Movistar de 200 y 300 pesos pasó de una vigencia de 33 a 30 días, mientras que en Telcel el cambio fue de 35 a 30 días, con este mismo monto, según un informe del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).  

Si bien los planes de acceso a megas y navegación en ciertas apps se ha ampliado en los últimos años, las compañías telefónicas ahora buscan nuevas formas también de obtener ingresos y ofrecer productos diferentes para interesar a los usuarios. En ese sentido, una de las opciones que exploran cada vez más los carriers es el de convertirse también en bancos. 

Telcel, Movistar, AT&T e incluso operadores móviles virtuales están probando con ser “telcobanks”. Con esto además de ofrecer servicios de telefonía y planes de datos te dan opción a tener una cuenta bancaria digital, y en algunos casos incluso la tarjeta física en combinación con algún banco. La idea de estos planes es lograr convertir a sus usuarios de recargas en usuarios de planes telefónicos de renta mensual, que a la vez incluyen navegación gratuita en algunas apps y sus servicios bancarios. 

De esta manera, los carriers promueven tanto sus planes fijos como el que los consumidores adopten cada vez más los pagos virtuales a través de sus plataformas.

En México actualmente operan AT&T Remo, una alianza entre Telefónica y banco Sabadell además de otras pequeñas fintech que quieren competir en este sector como Miio, el cual ya cuenta con 50,000 usuarios en el país en 2020 y busca duplicar ese número este año. 

En otros países de América Latina, como Colombia, existen también otras opciones de telcobanks como Claro Pay, que es parte del conglomerado de Telcel, América Móvil. 

En regiones del mundo como África  y Europa el modelo de telcobanks ha logrado acortar de forma significativa la brecha bancaria y digital, con empresas como M-Pesa, pero falta ver cómo pueden funcionar y ser adoptadas en el país.