Wesley Allison Clark, uno de los pioneros del cómputo que ahora disfrutamos, murió a los 88 años de edad. Fisico por la Universidad de California/Berkeley, se unió al Laboratorio Lincoln, del MIT – Massachussetts Institute of Technology, en 1952. Su primer trabajo fue probar la tecnología para las memorias del MIT, Whirlwind, las cuales eran bulbos al vacío, usados por la Marina norteamericana. En 1955 co-inventó el proyecto TX-0, cuya idea era crear las primeras computadoras hechas a base de transistores.

La idea de Clark para el TX-0 significaba que quería crear una computadora que pudiese ser operada por una sola persona. Usando a su socio en la parte técnica, Ken Olsen, se diseñó y creó una nueva clase de sistemas que eventualmente se llamaron minicomputadoras. Olsen, dos años más tarde, fundó DEC – Digital Equipment Corporation, para comercializar el hardware. Las minicomputadoras permitieron que negocios pequeños y medianos tuviesen computadoras, sin la necesidad de gastar el dinero que gastaban las grandes empresas con sus grandes equipos de cómputo.

El enfoque de Clark inspiró al alumno de doctorado, Iván Sutherland, a desarrollar una aplicación de diseño gráfico llamada SketchPad. Esta aplicación influenció a Doug Engelbart, quien inventó el ratón y algunos conceptos importantes de la interfaz gráfica.

En los años 60 del siglo pasado, Clark se mudó a San Louis, Missouri y trabajó en la Universidad de Washington, donde desarrollo el proyecto macromódulo. La meta era ensamblar partes que formaran finalmente una computadora completa. Crearon así LINC, que fue el avance de las ideas para la verdadera computadora personal. LINC y macromódulo crearon la red modular de una computadora. De hecho, LINC se considera la primera estación de trabajop real.

A principios de los años 1970, se sugirió que sería una muy buena idea usar estos paquetes de tecnología como base para los llamados Interface Message Processors. La firma de ingeniería Bolt Beranak y Newman pusieron en práctica las ideas de Clark en las minicomputadoras de Honeywell y que fueron el backbone de la ARPAnet, lo que eventualmente se convertiría en lo que ahora llamamos Internet.

Clark fue un visionario y además, tuvo la suerte de ver concretadas muchas de sus ideas que de alguna forma, han moldeado el cómputo actual. Le sobreviven su esposa Maxine y su hijo.

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