La Fórmula E ha sido todo un espectáculo en su temporada debut, pero con tanta competencia y la F1 en la cima del automovilismo, era inevitable pensar que el aspecto del negocio no fuera tan prometedor como el plano deportivo.

Sin embargo, el panorama ha cambiado, y quienes creían que la categoría de autos con motores eléctricos estaba sólo de paso, probablemente tendrán que tragarse sus palabras.

Con el apoyo de «Darth Vader»… o bueno, de John Malone -apodado como el villano de Star Wars por su «imperio» mediático, frialdad y olfato único a la hora de hacer negocios-, el circuito automovilístico que preside Alejandro Agag luce más sólido que nunca, mientras que Malone se convirtió recientemente en el máximo accionista de la Fórmula E.

El magnate estadounidense, que dicho sea de paso es dueño de Liberty Global (de los grupos más grandes del mundo en cuanto a producción de medios de comunicación y cuya fortuna debe rondar los 8 mil millones de dólares), intentó el año pasado invertir en la Fórmula 1, pero las negociaciones no fructificaron. Sin duda, Agag se llevó la «bandera a cuadros».

Equipos y pilotos no son los únicos responsables del éxito o fracaso de la categoría. Cuando se trata de abrir mercado, se requiere de posicionamiento, reducir brecha con la competencia, una estrategia efectiva de relaciones públicas y, sobre todo, tener el respaldo de inversionistas que crean en el proyecto. La Fórmula E ya palomeó este último punto.

Ahora, Malone añadió un negocio más a su cuenta tras una inversión multimillonaria cuyo monto no ha sido anunciado públicamente, pero que sin duda atraerá la atención de compañías para que se suban al barco de la Fórmula E.

Este sábado 9 de mayo se correrá en Mónaco la séptima de 10 carreras pactadas del Campeonato Mundial de la FIA Fórmula E 2014-15.

Referencias: ABC, Fórmula E