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“Blackfish” y las redes sociales tienen a SeaWorld de rodillas

SeaWorld Parks & Entreteinment (mejor conocido por muchos como la casa de la orca Shamú) anunció durante el verano la firma de un convenio con The Coca-Cola...

Tilikum

SeaWorld Parks & Entreteinment (mejor conocido por muchos como la casa de la orca Shamú) anunció durante el verano la firma de un convenio con The Coca-Cola Company, de manera que utilizarán tecnología de la refresquera para que los visitantes a estos parques acuáticos consuman sus bebidas en envases de PlantBottle, un tipo de PET de última generación, fabricado con materiales vegetales, más ligero y 100% reciclable.

Irónicamente, este cruce entre ambas empresas muestra el parecido de SeaWorld y Coca-Cola en varios sentidos. Las dos hacen mucho por el medio ambiente, parecen preocuparse por la salud y cuidado de los animales y personas, respectivamente, e invierten cantidades millonarias, con sus debidas proporciones, en programas de sustentabilidad. Y es irónico porque, a pesar de ello, ambas compañías han sido fuertemente criticadas. La diferencia es que SeaWorld no es del tamaño de la refresquera, y los ataques de la opinión pública le han pegado muy fuerte en el último año.

SeaWorld aplica la misma estrategia de Coca-Cola, y muchas otras empresas y gobiernos a nivel global, de “pegar” y luego “sobar”. Por un lado, las críticas sobre el parque acuático estallaron en enero de 2013 debido al documental de CNN “Blackfish”, en el que la directora Gabriela Cowperthwaite narra, a través de una serie de testimonios y especialistas, la crueldad a la que son sometidas las orcas tras retirarlas de su hábitat, para pasar el resto de sus vidas dentro de un estanque y deleitando al público con rutinas y trucos. De acuerdo con “Blackfish”, los únicos registros de muertes humanas a causa de ataques de orcas han ocurrido en cautiverio, como resultado del estrés y depresión de estos cetáceos.

SeaWorld

Como una auténtica bola de nieve, el documental atrajo de manera inmediata la atención de asociaciones y activistas defensores de los derechos de los animales, además de celebridades, quienes generaron oleada tras oleada de comentarios, principalmente en Twitter, en apoyo a la lucha contra el maltrato y crueldad animal en el popular parque temático. Tras su proyección en varios festivales de cine, “Blackfish” generó en octubre del año pasado más de 7 millones de reacciones en esta red social tan sólo el primer día de su transmisión televisiva en Estados Unidos. De ahí partieron numerosas manifestaciones, exigiendo respeto y libertad para estos mamíferos.

El parque ha intentado por diferentes medios desacreditar el trabajo de Cowperthwaite, a través de entrevistas, comunicados e incluso encuestas que sólo parecen echar más leña al fuego. Propaganda o no, el documental ha generado tal debate en la opinión pública, que no sólo las acciones de SeaWorld cayeron en un 33% respecto al año pasado y la empresa perdió importantes alianzas comerciales con otras compañías, sino que las leyes sobre los derechos de orcas y delfines en E.U. están cambiando a raíz del movimiento. En San Francisco y Malibú, los legisladores ya pasaron una propuesta de ley que reconoce el derecho a la libertad de estos animales.

Por otro lado, SeaWorld se defiende destacando la labor de SeaWorld Cares, un programa de protección animal que contrasta completamente con lo mencionado anteriormente que promueve campañas y valores ambientales, y a través del cual, según afirman, han rehabilitado a más de 23 mil animales para luego regresarlos a su hábitat natural, tal y como hace Coca-Cola con su programa de sustentabilidad, en el que desarrollan una serie de estrategias publicitarias y ambientales, que de alguna manera “tapan” la vista a la opinión pública sobre el impacto ambiental y a la salud que conlleva la elaboración y consumo de millones de litros de refresco todos los días.

SeaWorld no es Coca-Cola. Aunque encabeza una industria que genera ganancias que rondan los 1,500 millones de dólares al año, su mercado es mucho más reducido. Puede ser que SeaWorld no libre la avalancha de un movimiento social que desató un documental y que respaldan las redes sociales.

Al final, visitar estos parques, así como consumir un refresco, es decisión de cada uno. Pero, sin duda, conocer las diferentes posturas puede hacer más obvia la decisión.

Referencias: SeaWorld, One Green Planet, Blackfish Movie, The Dodo

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